De cómo la tripulación del PSOE colabora para dejarse hundir por Podemos

    • En 2012 no existía Podemos pero hubo socialistas que alertaron con un vídeo que la deriva del PSOE podía empeorar.
    • Cuando un barco cambia de rumbo sin avisarlo a los pasajeros, pasa lo lógico: los pasajeros cambian de nave.
Rivera, Sánchez e Iglesias, este lunes, en el debate organizado por El País.
Rivera, Sánchez e Iglesias, este lunes, en el debate organizado por El País.

Hace tres años entrevisté a la portavoz de una corriente socialista crítica con la deriva que había tomado el partido tras suderrota electoral de 2011: "¡O cambiamos el PSOE o nos hundimos!", fue su grito desesperado. Entonces no existía Podemos e Izquierda Unida no representaba ninguna amenaza seria. Pero estos militantes de agrupados en Nuevo Socialismo 3.0percibieron el peligro y trataron de conjurarlo con este vídeo.

Entonces terminaba 2102. El maltrecho transatlántico del PSOE no conseguía reponerse de la tragedia que el año anterior le había hecho perder 4.200.000 pasajeros.

Una legislatura después la nave continúa hundiéndose sin que su capitán o su cuadro de mandos se muestren capaces de evitar la tragedia. Acaban de perder otro millón y medio de pasajeros el 20D.El destructor morado

Por si la situación no pareciera dramática, hace tiempo que apareció en el horizonte un destructor de color morado con intenciones no precisamente amistosas.

Lo curioso es que el capitán Pedro Sánchez trata de acercarse al destructor de Podemos como si lo considerase su propio salvavidas. Lo hace con el respaldo convencido de 343 marineros, mientras otros 50, veteranos y experimentados de antiguas lides, advierten de que la maniobra puede salir muy cara: "¡nos van a hundir y se van a quedar con nuestros pasajeros!".

Hay que reconocer al capitán y demás marineros de Podemos su don de la oportunidad, su astucia y su capacidad para interpretar el malestar de los votantes socialistas y la torpeza de sus dirigentes. Han conseguido incluso que afloren cada vez con más virulencia los efectos de la división interna.

Pero no se les puede reprochar que no hayan avisado de sus intenciones. No hay día que no lancen misiles contra el barco ni disparen tiros de francotirador al capitán Sánchez. Sus altavoces invitan constantemente a los pasajeros del barco socialista a cambiar de nave. "¡Esta es vuestra verdadera casa!", repiten una y otra vez multitud de voces desde la proa hasta la popa.

Pero los marineros no se enteran, tan ocupados como están en la sala de mandos, o su capitán no quiere enterarse.Pelearse con la cocinera

El PSOE comenzó a hundirse cuando un capitán llamado Zapatero no sólo inició los recortes por orden externa sino que pactó un cambio constitucional a espaldas de sus militantes y electores. Ocurrió lo que parece lógico prever cuando atacas a los tuyos: que se lanzan por la borda o buscan otro acomodo. Lo acaba de comprobar Rajoy en estas últimas elecciones. No es bueno pelearse con la cocinera. Ni aunque seas el capitán.

El transatlántico seguirá hundiéndose si la tripulación no consigue ponerse de acuerdo para tapar agujeros en el casco y achicar el agua, que entra cada vez más rápido. Queda poco tiempo. Ya dije en este artículoque el PSOE es un barco demasiado grande para creer que se puede hundir en un par de ataques, pero no hay nave que resista un ataque combinado entre los enemigos y los propios.

Pero antes, deben enfrentar a su enemigo real, que no es sino quien los está bombardeando día sí y día también. Y no, no son las gaviotas.

Sigue @martinalgarra//

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