Debate electoral de caballeros: así definen las reglas del juego Obama y Romney

    • Ni los maquilladores ni la ubicación del camerino se dejan al azar. No pueden llevarse chuletas al plató.
    • En el tercer y último debate que se celebra esta noche los candidatos harán sus propuestas sobre política internacional.
Romney y Obama se enfrentan ante el mundo entero en televisión
Romney y Obama se enfrentan ante el mundo entero en televisión
Reuters

"Los candidatos deberán entrar en el plató simultáneamente, desde los extremos opuestos del plató, durante una presentación verbal del moderador después de comenzar la emisión del programa, proceder al centro del plató, estrecharse la mano, y proceder directamente a sus posiciones".

Desde luego Mitt Romney y Barack Obama no tienen intención de salir esta noche ante las cámaras sin tener todos los detalles muy bien medidos. Un "memorándum de entendimiento" de 21 páginas (sin contar anexos) estableció desde el principio las formalidades de los debates televisados entre los candidatos.

No tienen por qué ir con los trajes elegidos para el plató desde casa. Cada candidato tiene una habitación-vestidor, que naturalmente también sirve como sala de reunión para ellos y sus equipos. De hecho, el acuerdo entre ambas partes especifica que el vestidor debe tener "un tamaño adecuado para proveer un aislamiento privado" para el candidato y su equipo.

Por supuesto para estar perfectos, y como es habitual en televisión, se maquilla a ambos candidatos. Pero no lo hace cualquiera. Cada uno tiene a su propio maquillador de confianza, que se asegurará de que las gotas de sudor no perjudiquen su imagen ni se noten las posibles ojeras, testimonio de la intensa preparación del encuentro.

Y es que la concentración de los candidatos tiene que ser máxima: han acordado no llevar "apoyos", ni notas, ni tablas, ni diagramas u otros apuntes escritos "u otros objetos tangibles". Tampoco pueden emplear dispositivos electrónicos.

Solo dispondrán de hojas en blanco y bolígrafos u otra herramienta para poder tomar apuntes sobre la marcha o exponer, por ejemplo, una tabla dibujada a mano.

Aparte del "camerino" de los candidatos, cada parte puede acceder desde específicamente 72 horas antes del encuentro a otras salas para reuniones o estar cerca del centro de prensa, donde se reúnen las decenas de periodistas acreditados (cada partido tiene derecho a acreditar al menos a 80).

De todas formas, cada candidato contará con los buenos ojos de su fotógrafo personal, además de los que acudan de los distintos medios de comunicación.

A cara o cruz se elige quién será el primero en responder a la pregunta inicial del moderador o quién será el último en hablar antes de que el presentador despida el debate

Con las normas acordadas por estos dos candidatos, Nicolas Sarkozy y sus alzas habrían tenido problemas (ni qué decir tienen los pequeños cajones a los que se subía tras algún atril). Seguramente Sarkozy no habría firmado el punto en el que se estipula que ninguno de los dos candidatos podría usar "alzadores" durante el primer debate. Para el segundo y el tercero –que se celebrará esta noche (hora española)- esta especificación no cuenta, porque los candidatos estarán sentados tras una mesa.

Una mesa cuyo diseño debe ser el mismo que el empleado en el debate entre los candidatos a la vicepresidencia, el demócrata Joe Biden y el republicano Paul Ryan. Por lo tanto, será circular, pero con una circunferencia mayor en el lado donde se sientan los dos candidatos frente a aquella donde se sienta el moderador único.

Naturalmente, los moderadores de cada uno de los cuatro debates (tres presidenciales y uno vicepresidencial) también se acordaron de antemano. Este 22 de octubre será Bob Schieffer, periodista jefe de la CBS en Washington.

Las sillas donde se sentarán los candidatos tampoco se dejan al azar. Serán sillas giratorias "aprobadas por los representantes de los candidatos". Y tendrán que ser cómodas, porque los candidatos tienen prohibido levantarse de sus asientos en los 90 minutos que dura el debate.

Además, hace al menos diez días que la comisión electoral tuvo que enviar a ambas candidaturas "un diagrama para el posicionamiento de las cámaras, el diseño del plató y la configuración de la sala para incluir los asientos de la audiencia" en la Universidad de Lynn (Florida). Allí es donde este lunes se celebrará el último debate antes de las elecciones presidenciales del 6 de noviembre.

El encuentro abordará únicamente asuntos de política internacional, uno de los puntos débiles de Mitt Romney. Valga como ejemplo su error sobre Libia en el segundo debate, que le valió incluso la crítica de los suyos. Por el contrario, sí es uno de los puntos fuertes del comandante en jefe y Nobel de la Paz (aunque polémico), Barack Obama, que ha puesto fin a la guerra de Irak y ha iniciado la retirada de Afganistán. La inmigración y el posible ataque preventivo a Irán promovido por Israel serán previsiblemente temas que aborden esta noche.

La moneda está en el aire. El marcador va 1-1 (Romney ganó el primer debate y Obama el segundo). ¿Podrá Romney argumentar sin fallar sus políticas internacionales? ¿Logrará el presidente de EEUU defenderse a pesar de haber incumplido una de sus promesas estrella para la anterior legislatura como es el cierre de Guantánamo? En unas horas comenzará el partido que puede decantar el marcador a favor de un u otro definitivamente.

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