Durante su intervención, el letrado está rebatiendo punto por punto los argumentos acerca de su intervención en un presunto entramado de desvío de fondos públicos a través del cual, junto a Iñaki Urdangarin, se habría apoderado de más de seis millones de euros.
Utilizando todo un cúmulo de calificaciones sobre las actuaciones llevadas a cabo, el abogado ha manifestado no querer emplear la palabra "ridículo" para "no acabar con otro expediente" -después de que ya se le abriese uno por tildar de "idiota" al exministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón durante su interrogatorio como testigo- pero, ha insistido, "me está costando muchísimo contenerme, ilustrísima señoría".
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