Deportan de Nicaragua a boliviano, esposo de hijastra del presidente Ortega

  • El boliviano Carlos Castel, esposo de Zoilamérica Ortega Murillo, hijastra del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y quien apoyó a los ancianos que demandan una pensión reducida de 125 dólares mensuales, fue deportado hoy por las autoridades bajo el argumento de permanencia ilegal en el país.

Managua, 25 jun.- El boliviano Carlos Castel, esposo de Zoilamérica Ortega Murillo, hijastra del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y quien apoyó a los ancianos que demandan una pensión reducida de 125 dólares mensuales, fue deportado hoy por las autoridades bajo el argumento de permanencia ilegal en el país.

A Castel, que tenía cuatro años de vivir en Nicaragua, "se le canceló su residencia porque ya concluyó la misión" en este país centroamericano, dijo en rueda de prensa el director en funciones de la Dirección de Migración y Extranjería, Martín Jarquín.

El funcionario, que no explicó sobre la "misión" del boliviano, ni precisó si ya había salido de Nicaragua ni hacia que país, dijo que antes de la deportación del esposo de la hijastra del jefe de Estado nicaragüense, "se le informó a su debido tiempo" para ver su situación, y no acudió.

Zoilamérica Ortega Murillo, hija de la primera dama, Rosario Murillo y quien se ha declarado "perseguida" por el Estado nicaragüense, responsabilizó al Gobierno y a su madre por la deportación de su marido.

"Recibí una llamada de mi madre diciéndome que estas eran las consecuencias de los actos, y yo la responsabilizo", dijo a Efe Ortega Murillo en el estacionamiento de la Dirección de Migración y Extranjería.

Previo a su deportación, el boliviano dijo a periodistas que a su parecer las autoridades tomaron esa medida por apoyar a cientos de ancianos que mantenían una protesta en las cercanías del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) en demanda de una pensión básica.

Asimismo,explicó que tenía cuatro años de vivir en Nicaragua y solicitó su residencia a las autoridades, sin éxito.

Tanto el bolivariano como la hijastra de Ortega se solidarizaron con los ancianos durante esos días de protesta, en los cuales la policía les sitió el lugar e impidió que hicieran llegar alimentos, aguas y medicinas, lo que provocó indignación y una ola de solidaridad, principalmente de jóvenes que se organizaron a través de las redes sociales.

La hijastra de Ortega, que coordina el organismo no gubernamental Centro de Estudios Internacionales (CEI) y que ha denunciado que el Gobierno les ha bloqueado acuerdos de cooperación con Noruega por razones "políticas", lo que ha negado esa legación diplomática, dijo que hace diez días regresó a Nicaragua con su marido, y no tuvieron problemas en migración.

"Tiene una colilla donde le habían aceptado todos sus trámites de residencia, él (Castel) andaba una esquela, (pero) le quitaron toda la documentación", aseguró.

En la documentación confiscada al boliviano estaba su teléfono móvil, por lo que no pudo comunicarse cuando fue detenido, añadió.

Por su lado, el director en funciones de Migración aseguró que, cuando Castel fue interceptado en la vía pública, su actitud "fue tratar de enfrentar a nuestros funcionarios, al extremo de meterse a un vehículo, encerrarse y retarnos".

Asimismo, el funcionario matizó la situación asegurando que el del boliviano es un caso común, ya que en lo que va de año han deportado a 120 personas.

Ortega Murillo acusó a su padrastro, en 1998, por agresiones físicas y psicológicas, incluyendo abusos y violación sexual.

Ese caso fue archivado en 2001 por la justicia nicaragüense aduciendo que había prescrito.

Mostrar comentarios