Desvelan el secreto del KGB en la Guerra Fría para detectar a los agentes de la CIA

    • En Langley tenían un problema, pero no era un topo, sino el pecado de subestimar la capacidad intelectual y de análisis de sus homólogos rusos.
    • Los rusos contaban con 16 indicadores para la identificación de los oficiales de inteligencia de Estados Unidos en el extranjero.

El agente Yuri Totrov sobre una estampa de la fachada de la Lubianka, sede principal del KGB en Moscú
El agente Yuri Totrov sobre una estampa de la fachada de la Lubianka, sede principal del KGB en Moscú

Durante la Guerra Fría, en los oscuros despachos de la CIA se devanaban los sesos para entender cómo era posible que elKGB, temido comité de espionaje de la Unión Soviética, pudiera detectar a los agentes de campo de EEUU tan rápidamente.

Tras la caída del Muro de Berlín en noviembre de 1989, en Langley (Virginia, EEUU) tenían la esperanza de dar con el secreto de la eficacia soviética para cazar a sus agentes. El enigma más importante era cómo lograba el KGB detectar a los oficiales de campo de la CIA que actuaban bajo cobertura diplomática en todo el mundo.

Como consecuencia de tales detecciones, las operaciones encubiertas estadounidense tuvieron que ser abortadas una y otra vez, amén de que la identidad real de los agentes quedaba expuesta, suponiendo en muchos casos un riesgo de muerte.

La situación generó la clásica psicosis del topo en la inteligencia de EEUU, y supuso a la postre el despido en 1974 de James Angleton, jefe de contrainteligencia de la CIA, absolutamente paranoico con la posible infiltración del KGB en Langley.

Pero al margen del excesivo celo de Angleton, la sospecha no se disipó, ya que los agentes de campo seguían siendo desenmascarados por sus enemigos soviéticos. La hipótesis de la infiltración y los agentes dobles no dejó de ser una pesadilla recurrente.El secreto en la mente de un hombre

La CIA tenía un problema, pero no era un topo, sino la soberbia de subestimar la capacidad intelectual y de análisis de sus homólogos rusos.

Bromas macabras le habían bautizado como el director de personal en la sombra de la CIA, solamente por la cantidad de cambios que sus 'cacerías' obligaban a hacer en el organigrama de los agentes de campo. Pero su nombre real eraYuri Totrov, y era la clave del problema que tenía la agencia de EEUU.

Este oficial de inteligencia del KGB era el que hacía trizas las operaciones encubiertas de la CIA, y sus armas eran solo el sentido común y una capacidad de observación extraordinaria, que se acoplaba perfectamente al pecado de desidia de sus enemigos americanos.

Jonathan Haslam, profesor de Historia de las Relaciones Internacionales en la Univesidad deCambridge, acaba de publicar "Near and Distant Neighbors: A New History of Soviet Intelligence", la obra en la que desvela que fueron los estadounidenses quienes dejaban a la vista de este analista experimentado del KGB, las claves necesarias para cazar a sus 007. Y no fueron conscientes de ello durante décadas tal y como relata un reportaje publicado en Salon.

Yuri Hangereevich Totrov nació en 1933 en Moscú. Se graduó en inteligencia en la escuela de la KGB -ahora Academia de Inteligencia del Servicio Exterior (SVR)-.

Trabajó como diplomático en Tailandia (1958 a 1960), y como empleado del SVR bajo cobertura diplomática en Japón (Tokio, 1967/71 y 1975-1980, Osaka, desde 1991 hasta 1992), además de realizar misiones de corta duración en una serie de países asiáticos y africanos.

El ex general de la KGB Oleg Kalugin, en sus memorias publicadas en 1994, es el primero que pone el acento en la maestría de Totrov, al señalar que bajo su liderazgo en el análisis, los soviéticos lograron descubrir a cientos de agentes de la CIA. La guía de análisis deTotrov, según Kalugin, recibió el reconocimiento del entonces jefe de la KGB, Yuri Andropov.

Kalugin fue jefe de la división "K" del KGB hasta 1979, área en la que trabajaba Trotov, y ese sistema de detección de espías era solamente una parte de las herramientos del servicio de de Contrainteligencia Extranjera.

Destinado desde finales los 50 primero a Tailandia y más tarde a Japón, Totrov diseñó un sistema de análisis de datos con el que podía identificar a los oficiales de inteligencia de Estados Unidos sin levantarse de su silla.

De vuelta en Moscú el avispado agente del KGB comenzó peinar sistemáticamente los archivos del servicio de espionaje soviético a la búsqueda de patrones que se repetían en los archivos de los sospechosos de trabajar para el enemigo. Después, amplió su campo de búsqueda a registros de los aliados de la URSS, como Cuba y los países del Pacto de Varsovia.

Y siempre echaba un vistazo en las llamadas fuentes abiertas, las publicaciones de organismos oficiales de EEUU, en las que buscaba la aguja en el pajar. Y la encontraba.Camuflaje 'low cost'

Yuri Totrov, que acabó siendo conocido como el Sensei de Yaseneva, terminó creando un listado de 16 indicadores que servían de guía para la identificación de los oficiales de inteligencia de Estados Unidos en el extranjero.

Jugaba con ventaja, porque en esa época en Langley consideraban como algo sentado que sus agentes siempre ocuparan el mismo puesto dentro de la jerarquía de las embajadas, usaban coches de la misma marca, alquilaban los mismos apartamentos y otra serie de fallos que obedecían a la desidia institucional.

Su línea de investigación, basicamente, era hallar las diferencias visibles entre aquellos espías que actuaban como diplomáticos y los verdaderos funcionarios del servicio exterior (FSOs/foreign service officers). A continuación detallamos los datos que hacían saltar las alarmas en el KGB.

1 - La escala salarial de ingresos era mucho más alta para un agente de la CIA.

2 - Después de tres a cuatro años en el extranjero un verdadero FSO podría regresar a su hogar, mientras que un empleado de la agencia no podía.

3 - Los FSO reales solían ser contratados con edades de entre 21 y 31 años, mientras que esto no se aplicaba a oficiales de la CIA.

4 - Solamente los FSO reales tenían que asistir al Instituto de Servicio Exterior tres meses antes de entrar en el servicio,

5 - Los estadounidenses naturalizados no podía convertirse en FSO durante al menos nueve años, pero sí podían ser empleados de la CIA.

6 - Cuando los espías volvían a casa no solían aparecer en los listados del Departamento de Estado, y en caso de aparecer se clasificaban como empleados de investigación y planificación, investigación e inteligencia, o empleados consulares para asuntos de seguridad.

7 - A diferencia de los FSO, los agentes de la CIA podían cambiar su lugar de trabajo sin razón aparente.

8 - Las biografías publicadas de estos empleados diplomáticos contenían lagunas evidentes.

9 - Los agentes de la CIA podían ser reubicados dentro del país al que estaban destinados, mientras que los FSO lo tenían vetado.

10 - Los espías de la CIA, por lo general, tenían conocimiento de más de una lengua extranjera.

11- La cobertura usada por la CIA era por lo general la de oficial "político" o "consular" (a menudo vicecónsul),

12 - Las reorganizaciones internas de las embajadas, por lo general, dejaban al margen al personal de la CIA, sin cambios en su rango, su espacio de oficina y sus teléfonos.

13 - Las oficinas de los agentes de la CIA estaban ubicadas en zonas restringidas dentro de la embajada.

14 - A los espías se les podía ver en las calles durante los días de trabajo utilizando cabinas telefónicas públicas.

15 - Los agentes de la CIA mantenían reuniones por la noche, fuera de la ciudad, y en general en torno a las 19:30 y las 20:00 horas.

16 - Mientras que los FSO debían observar reglas estrictas de asistencia a los eventos de la embajada, tales como las cenas oficiales, los agentes de la CIA podían ir y venir a su antojo.

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