Disidencia denuncia opositor José Daniel Ferrer sigue detenido sin cargos

La Habana, 19 abr.- La opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) denunció hoy que el expreso político José Daniel Ferrer sigue detenido sin "cargos formales" y en condiciones "crueles" en la ciudad oriental de Santiago de Cuba, donde fue arrestado el 2 de abril.

"Continúa detenido, supuestamente bajo 'prisión provisional' en el cuartel de la policía política secreta de Santiago de Cuba, donde permanece internado, bajo condiciones crueles e infrahumanas, desde el pasado 2 de abril", indicó en un comunicado el portavoz de la CCDHRN, Elizardo Sánchez.

Ferrer, del "Grupo de los 75" disidentes condenados en la primavera de 2003 ya liberados, encabeza la ilegal "Unión Patriótica de Cuba" y fue arrestado en Santiago junto a otros opositores, la mayoría militantes de esa organización.

La Comisión señaló que hasta "las primeras horas" de este jueves no se conocían los cargos formales contra Ferrer, ni se había "facilitado" la designación de un abogado defensor.

Según el texto, el opositor se encuentra en "confinamiento solitario" y está sometido a "una particular forma de tortura biológica" ya que está expuesto a una "enorme plaga de mosquitos".

La CCDHRN destacó asimismo la situación de "prisión provisional" de Bismarck Mustelier, que según apunta también es miembro de la Unión Patriótica y "ha sido internado en la prisión de alta seguridad de Aguadores" de Santiago.

La Comisión reclama la atención de la opinión pública ante "el riesgo cierto de que ambos pudieran ser condenados a prisión".

Como miembro del "Grupo de los 75", Ferrer fue liberado en marzo pasado bajo la figura de "licencia extra penal" y estuvo entre los doce opositores de ese colectivo que se negaron a viajar a España como condición para salir de la cárcel.

En los últimos meses Ferrer ha sido detenido por espacios cortos de tiempo en otras ocasiones y puesto en libertad sin cargos en La Habana y en Santiago, la provincia donde reside.

El Gobierno cubano cataloga a los disidentes y opositores como contrarrevolucionarios y mercenarios al servicio de Estados Unidos.