Durban intenta sacar de la parálisis las cumbres del clima

  • La ONU trabaja para sumar a China, India y Brasil en la reducción de CO2
Sara Acosta

La cumbre del clima que arrancó ayer en Durban (Sudáfrica), tiene como objetivo mantener vivo el protocolo de Kioto, un cometido de bajo perfil después del sonoro fiasco de Copenhague, en diciembre de 2009.

En Bali (Indonesia) en 2007, los Gobiernos occidentales se dieron un plazo de dos años para crear un nuevo instrumento que prolongara el protocolo de Kioto, el único acuerdo internacional de reducción de gases de efecto invernadero vinculante hasta la fecha y que expira en 2012. Kioto entró en vigor en 2005 tras el ‘sí’ de Rusia, pero ni Estados Unidos ni los países entonces considerados emergentes (China, India y Brasil), suscribieron el acuerdo.

Para el gobierno estadounidense, escéptico sobre la existencia del cambio climático, Kioto suponía atar de pies y manos la soberanía del país que más contamina, por delante aún de China. Los emergentes siempre han esgrimido como argumento para no entrar en Kioto su derecho a que sus economías crezcan igual que lo han hecho las occidentales durante los dos últimos siglos.

Sin embargo, el ahínco con el que el aumento de temperatura demuestra la urgencia de tomar medidas para frenar las emisiones de dióxido de carbono, principal causante del calentamiento global, según los científicos, ha dejado sin argumentos a China, Brasil e India, y también a Estados Unidos. La cumbre de Copenhague en 2009 fue el clímax político de esa toma de conciencia medioambiental que hasta ese momento había avanzado a dos velocidades, con la Unión Europea como adalid del compromiso por reducir las emisiones hasta un 30% en su territorio si el resto de países le seguían en su intento. Hubo lleno de jefes de Estado y de Gobierno, otorgando a la cumbre estatura política. Pero tampoco bastó que 175 dirigentes de medio planeta acudieran a la capital danesa. Copenhague fue un fiasco y de sus abarrotadas salas solo salio el compromiso voluntario de reducir la temperatura mundial en dos grados centígrados.

Dos años después, la ONU sigue buscando cómo mantener Kioto en vida. El reto de la cumbre de Durban, que se celebrará durante las próximas dos semanas, es sumar a Brasil, India y China en las negociaciones, ya no como países beneficiarios de transferencia de tecnología y ayuda económica de los países ricos para atajar el cambio climático, sino como iguales a las economías industrializadas.

Queda por ver la postura que defenderá España durante la cumbre, a la cual llega en pleno traspaso de poderes. El PP, que no se ha pronunciado demasiado sobre el medio ambiente ni en su campaña ni en su programa electoral, es contrario a pedir a la UE que aumente el recorte de emisiones del 20% al 30% anual.

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