Madrid.- El aire fresco de la zarzuela ha entrado como un regalo tonificante por las puertas de la prisión madrileña de Soto del Real para alegrar la festividad de los Reyes Magos a quienes carecen de libertad.
Durante hora y media, 250 reclusos han podido evadirse de su rutina diaria y han reído a carcajadas -alguno incluso ha llorado- con "La gallina ciega", una obra en formato de cámara de la Ópera Cómica de Madrid y Concerto XXI.
La zarzuela de Manuel Fernández Caballero, cuya representación ha sido posible gracias al Proyecto Social del Teatro Real y a la solidaridad de los intérpretes, ha borrado por un tiempo el amargor de pasar las Navidades lejos de la familia.
Los presos, mujeres y hombres que esperaban ilusionados e inquietos como un niño con zapatos nuevos el comienzo de la función, han interrumpido en varias ocasiones la representación con sus aplausos y han celebrado con ahínco los enredos y picardías de la simpática trama.
Elementos políticamente incorrectos, pero desarrollados con mucho humor, como incesto amoroso, paternidades desconocidas o pánico a la suegra, han hecho las delicias del auditorio, cuya calidez ha terminado venciendo las bajas temperaturas de un centro cercano a la sierra madrileña.
Una de las internas, Nuria Codins, ha contado emocionada a Efe que le ha hecho mucha ilusión ver "La gallina ciega" representada en el centro penitenciario porque es un cuento que suele contar a su hija de ocho años.
Codins ha indicado que la obra ha sido muy graciosa y entretenida y que le ha ayudado a levantar el ánimo, a llevar lejos la imaginación y a pasar mejor un tiempo triste para ella.
"Es un público que ha entendido absolutamente todo, que ha reído enormemente. Nos ha sorprendido mucho este público pícaro que entiende realmente el chiste, la broma, el texto", ha explicado el director de Ópera Cómica de Madrid, Fernando Poblete.
El responsable de "La gallina ciega" ha sentido "muchísima emoción" durante la representación, que considera una de las mejores que ha interpretado el grupo, y se ha mostrado agradecido de que el Teatro Real le eligiera para llevar "un punto de ilusión" a la cárcel.
El auditorio ha respondido a la euforia contagiosa de la comedia y a la generosidad de los cantantes (cinco) y del sexteto con piano Ensamble de Madrid poniéndose de pie y regalando un largo aplauso final plagado de bravos.
A Yeni Yurani, una interna de 18 años, la zarzuela la ha sorprendido hasta tal punto que le ha permitido salir de allí con "otros pensamientos" más positivos.
"Es una oportunidad para todos de conocer la ópera y algo nuevo para mí, que nunca había visto, y pienso hacerlo más veces. Es una cosa maravillosa. Me ha parecido una experiencia muy buena a pesar del sitio en que estamos", ha dicho.
Otra sorprendida ha sido Eva Caballero: "Nos esperábamos otra cosa distinta, un poquito más aburrida, con menos gracia. Pero al final ha sido gracioso y muy divertido", ha reconocido a Efe.
Uno de los internos más entusiasmados con la representación, Marius Orza, ha asegurado que "vive de verdad la música" cuando la escucha en directo y ha pedido que este tipo de iniciativa, que considera un "bonito regalo de Navidad", sea más frecuente en las prisiones.
"La música es como el amor, te da vida. Escuchando una melodía puedes sentir todas las emociones que sientes durante toda una vida", ha explicado este recluso, que participa en el taller de música del Teatro Real en el centro penitenciario de Soto del Real y pronto lo hará en uno de musicoterapia.
La secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, ha agradecido a los organizadores del acto que hayan querido acompañar en unas fechas difíciles a las personas que no pueden asistir al Teatro Real ni disfrutar de la magia de la dramaturgia y de la música.
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