La música es arte y qué mejor que producirla en un instrumento que es en sí mismo una obra de arte. Eso es lo que ha conseguido el artista italiano Leonardo Frigo, que ilustra biografías e historias en instrumentos musicales como violines y violonchelos.
"La primera vez que vi un violín tenía 6 años y desde entonces siempre han estado presentes en mi vida”, explica a La Información el artista natural de la pequeña ciudad de Asiago, en el norte de Italia.
No solo aprendió a tocarlos sino que con ocho años decidió llevar estos instrumentos a otro nivel pintando su primer violín, una actividad que mantenida en el tiempo le ha permitido convertirse en famoso en todo el mundo con sus exposiciones.
Su trabajo incluye símbolos, patrones y textos para representar biografías de personajes, historias inspiradoras e incluso ciudades.
“Me gusta pensar que los instrumentos musicales se pueden leer como libros”, indica.
Entre sus últimas temáticas destacan los siete pecados capitales, cada uno de ellos representados en su respectivo violín con símbolos e imágenes, así como las cuatro estaciones de Vivaldi.
Desde enero de 2017, Frigo se encuentra inmerso en el proyecto 'Inferno', basado en la customización de violines que ilustren la Divina Comedia de Dante. Cada capítulo de la Divina Comedia será representado en un violín o violonchelo, alcanzando la cifra de 34.
El proyecto de creación artesanal es largo, pero dará lugar a piezas exclusivas. “Cada violín es una pieza única y lleva un mes de trabajo”, afirma.
Violines como esculturas e instrumentos
Leonardo, graduado en restauración artística, decora dos tipos de violines: los que sirven a modo de simple escultura y los que son instrumentos en sí mismos.
Los primeros, que los clientes a menudo sitúan sobre estructuras de mármol o colgados en la pared, tienen un precio que empieza en 1.800 euros, mientras que los segundos oscilan entre los 4.000 y 9.000 euros en función del precio de fábrica del violín. El propio Leonardo recibe los instrumentos de un fabricante asentado en la ciudad de Cremona (Italia).
Los exclusivos violines están a la venta en su página web aunque se requiere contactar con el creador por correo electrónico. Además, Leonardo está abierto a pintar un violín a la carta, personalizado con una historia familiar o cualquier otra inspiración que requiera el cliente.
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