El búnker de El Capricho, refugio militar de la Guerra Civil, abre al público

Irene Sanz Duva

Madrid, 14 jun.- En los años sesenta fue escenario de películas como 'Un rayo de luz', con la dulce Marisol a las órdenes de Luis Lucía. Pero el búnker de 'El Capricho', que próximamente abrirá sus puertas por primera vez al público, fue construido para proteger a los altos mandos del ejército de Centro en caso de bombardeo durante la Guerra Civil.

Este búnker, situado en la Alameda de Osuna de Madrid, se encuentra entre las fortificaciones subterráneas más importantes construidas durante la Guerra Civil Española en Madrid.

"Es un refugio muy excepcional, porque es militar, no civil, para que los altos mandos siguieran dirigiendo todo desde allí en caso de bombardeo", explica el arqueólogo Pablo Schnell, antes de añadir que esta novedad de la Guerra Civil española la pondría en práctica Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial.

La elección del búnker de 'El Capricho' como cuartel general del ejército de Centro se debe a que era un lugar estratégico por su situación en el camino de Madrid a Alcalá, lo que permitía una conexión directa con el Ministerio de Hacienda.

Era una zona tranquila, lejos de los frentes de Madrid, fuera del alcance de la artillería y bien comunicada con el aeropuerto de Barajas y con el aeródromo de Alcalá de Henares.

El búnker se encuentra bajo un jardín histórico, el jardín de 'El Capricho', construido a finales del siglo XVIII, explica la arquitecta María Isabel Pérez Hernández, quien reconoce lo "azarosa" que ha sido la historia de este enclave militar.

En la planta del refugio militar, hay un pasillo central de 34 metros de largo y dos metros de ancho por el que se accede a diversas dependencias, algunas de las cuales a su vez están interconectadas, formando un auténtico laberinto bajo tierra.

En la época en la que estuvo en manos de una sociedad inmobiliaria, entre sus paredes se rodaron escenas de 'Un rayo de luz' (Luis Lucía, 1960) 'El gran amor del conde Drácula' (Javier Aguirre, 1972) o 'Comando al infierno' (José Luis Merino, 1969).

En principio, continua Pérez, iba a ser un albergue para niños huérfanos, pero como la Guerra Civil "se complicó" en Madrid en octubre de 1936, con el tiempo se convirtió en el cuartel del ejército de Centro, también conocido como el búnker del general Miaja.

Esto se debe a que fue el general José Miaja, "clave" en la defensa de la capital, el encargado de trasladar allí el centro de mando a mediados de 1937, ya que antes estaba en la calle Alcalá.

Para los estudiosos de la Guerra Civil, fue un lugar "muy vanguardista" en su arquitectura y en sus diversos usos, relata la María Isabel Pérez.

El búnker estaba preparado para soportar el impacto de bombas y bombardeos con gases tóxicos, como los que ya se habían utilizado en la guerra de Marruecos, a principios del siglo XX.

Pérez califica el jardín de El Capricho como "uno de los más bonitos" de Europa: "una maravilla". A su juicio, el atractivo de esta fortificación subterránea reside en que fue el centro de mando durante la Guerra Civil, el cerebro de las operaciones, conocido como "posición Jaca" por los militares.

Para el arqueólogo Schnell, la Guerra Civil y sus restos "fascinan", razón por la cual este misterioso centro de mando bajo tierra hará sentirse a los visitantes como los generales que podrían haberse escondido en caso de alarma por bomba -aunque esta situación no llegó a ocurrir-.

No aparece en los registros, era un refugio secreto, y a partir de ahora se abrirá a todos aquellos que deseen ser partícipes de la historia de los enclaves militares de la Guerra Civil española. EFE

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