El busto de azaña vuelve al vestíbulo de isabel ii para "evitar malentendidos"


El busto del último presidente de la República, Manuel Azaña, ha vuelto al vestíbulo de Isabel II del Congreso de los Diputados, donde fue instalado hace menos de un mes, para "evitar malentendidos" y después de pasar las últimas 24 horas en distintas dependencias de la Cámara Baja.

El emplazamiento de la escultura ya fue objeto de polémica en el momento de su colocación. Por decisión del entonces presidente de la Cámara, José Bono, el busto de casi 400 kilos de peso se colocó en la sala más noble del edificio y cara a cara con la estatua de Isabel II.
En el acto de inauguración, Bono defendió la ubicación de la escultura y alertó de cualquier tentación de cambiarla para "exiliar" otra vez la figura del jefe de Estado republicano "por los motivos que quisieran inventar".
El traslado se realizó ayer por la tarde y fue acordado por "los servicios técnicos del Congreso", según informaron a Servimedia fuentes parlamentarias.
La intención era "despejar" de mobiliario el vestíbulo de Isabel II, tal y como se suele hacer antes de la celebración de la solemne sesión de apertura de la legislatura, a la que acuden los Reyes y que en esta ocasión está convocada para el martes 27.
Manuel Azaña pasó a situarse en el vestíbulo de Columnas de la segunda ampliación junto al busto de Ernest Lluch, que tuvo que ser desplazado unos metros. Esta misma mañana, los operarios del Congreso devolvieron la escultura a su emplazamiento original para "evitar malentendidos".
Los servicios de la Cámara señalaron que la decisión de desplazar a Azaña era "temporal", hasta que se celebrara la solemne sesión del martes, y que, en ningún caso se debía a una decisión "política" del presidente del Congreso o de la Mesa.
Lo cierto es que después de tener conocimiento del traslado, el PSOE presentó una protesta por entender que una decisión así debía corresponder a la Mesa de la Cámara, lo que ha contribuido también a la rápida restitución de la pesada pieza escultórica.
El vestíbulo de Isabel II es el que comunica el interior del Congreso con la escalinata de los leones, que sólo se abre para dar paso a los Reyes en la apertura solemne de las legislatura y en la jornada de puertas abiertas.
A través de él, los Monarcas acceden a una segunda escalera que se instala exprofeso para esta sesión y por la que don Juan Carlos y doña Sofía acceden directamente a la tribuna del Hemiciclo.
Con motivo de esta sesión también se sacan del plenario todos los sillones y se sustituyen por sillas, de manera que haya sitio para todos los diputados y senadores electos de la X Legislatura.

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