El canciller paraguayo asegura que su país regresará "en breve" al Mercosur

Brasilia, 11 dic.- El canciller paraguayo, Eladio Loizaga, dijo hoy que, tras la aprobación del ingreso de Venezuela al Mercosur en el Senado de su país, el reintegro pleno al bloque se formalizará "en breve", y seguramente el presidente Horacio Cartes asistirá a la próxima Cumbre de Caracas.

"Sentimos que era necesario tomar esta acción para normalizar la relación y participar plenamente de los desafíos del Mercosur, como las negociaciones con la Unión Europea", declaró Loizaga junto al canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, con quien se reunió hoy en Brasilia.

La aprobación del tratado de adhesión de Venezuela en el Senado paraguayo aún debe ser refrendada por la Cámara de Diputados, pero Loizaga dijo estar convencido de que el trámite no enfrentará obstáculos.

Figueiredo, por su parte, manifestó la "satisfacción" del Gobierno brasileño tras "el paso dado" por el Senado paraguayo, lo cual consideró que "llevará rápidamente a una situación de plena normalidad en el Mercosur".

El ingreso de Venezuela al Mercosur fue aprobado por Argentina, Brasil y Uruguay en junio del año pasado, el mismo día que también suspendieron a Paraguay por la "ruptura constitucional" que, según esos tres Gobiernos, supuso la destitución del entonces presidente Fernando Lugo.

Mientras duró la suspensión, que terminó con la investidura de Cartes, el pasado agosto, el Senado paraguayo llegó a votar y negar la adhesión de Venezuela al bloque, pero esa decisión fue revocada este martes.

Tras su entrevista con Figueiredo, Loizaga tenía previsto reunirse con la ministra de la Presidencia brasileña, Gleisi Hoffmann, para discutir la marcha de diversos proyectos conjuntos en el área de infraestructuras.

El principal de ellos se refiere a la construcción de un segundo puente entre ambos países, sobre el río Paraná, el cual unirá la ciudad paraguaya de Presidente Franco y la brasileña Foz do Iguaçu.

La construcción de ese puente fue acordada en 2008, cuando su costo se calculó en 60 millones de dólares que serían financiados enteramente por Brasil, pero el proyecto permaneció estancado desde entonces, aunque la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se ha comprometido a licitar las obras en los próximos meses.