El clérigo Qadri cesa su protesta en Islamabad pero Khan continua la suya

  • El clérigo populista Tahirul Qadri anunció el fin de las protestas en Islamabad y el comienzo de una gira por Pakistán para extender la "revolución de los pobres", mientras que Imran Khan, líder del partido Pakistán Tehreek-e-Insaf y de una protesta paralela, las continuará, informan hoy los medios locales.

Islamabad, 22 oct.- El clérigo populista Tahirul Qadri anunció el fin de las protestas en Islamabad y el comienzo de una gira por Pakistán para extender la "revolución de los pobres", mientras que Imran Khan, líder del partido Pakistán Tehreek-e-Insaf y de una protesta paralela, las continuará, informan hoy los medios locales.

"Esta sentada ha alcanzado sus objetivos. Ha despertado a la nación y jugado su papel en el avance de la revolución", afirmó anoche Qadri ante sus seguidores, a quienes dijo: "retornar a vuestras casas con un espíritu victorioso", tras dos meses de protestas, según el diario Dawn.

Khan decidió no seguir los pasos de Qadri.

"No abandonaré hasta que el primer ministro Nawaz Sharif dimita y se investigue el amaño de las elecciones de 2013", dijo el exjugador de crícket.

Khan y Qadri comenzaron las protestas a mediados de agosto con el objetivo de provocar la dimisión de Sharif, a quien los opositores acusan de fraude en las elecciones que ganó con mayoría absoluta el año pasado, a pesar de que los observadores internacionales consideraron los comicios limpios.

El Gobierno accedió a que una comisión independiente investigue la votación y a que se reforme el sistema electoral, pero se negó en redondo a que Sharif dimita.

Miles de sus seguidores acamparon en una zona gubernamental de centro de Islamabad y paralizaron la ciudad durante el primer mes, pero las manifestaciones han perdido intensidad en las últimas semanas.

Uno de los momentos de mayor tensión se produjo cuando un grupo de opositores asaltó la televisión estatal en Islamabad y cortó durante una media hora sus emisiones.

El Ejército paquistaní, que ha gobernado el país la mitad de su historia, ha pedido a ambas partes que resuelvan la crisis a través del diálogo y ha mantenido una actitud neutral ante las protestas.

Sharif, quien fue depuesto en un golpe de Estado de los militares en 1999, ha mantenido una difícil relación con los uniformados desde su elección por su intento de acercamiento a la India y el juicio por traición al exdictador militar Pervez Musharraf.

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