El conflicto sirio es "abiertamente sectario", según la comisión de la ONU

  • El conflicto en Siria se ha convertido en un fenómeno "abiertamente sectario" que enfrenta a grupos étnicos y religiosos, según afirmó hoy la comisión independiente auspiciada por la ONU para investigar la situación en el país árabe.

Ginebra, 20 dic.- El conflicto en Siria se ha convertido en un fenómeno "abiertamente sectario" que enfrenta a grupos étnicos y religiosos, según afirmó hoy la comisión independiente auspiciada por la ONU para investigar la situación en el país árabe.

"A medida que los combates entre las fuerzas del Gobierno y los grupos armados de oposición se acercan al final de su segundo año, el conflicto ha pasado a ser abiertamente sectario en su naturaleza", dijo la comisión en una actualización de sus pesquisas.

La comisión, que preside el brasileño Sergio Pinheiro, indicó que en Siria se combate "una guerra de desgaste que ha producido una incalculable destrucción y sufrimiento humano", con las partes en conflicto actuando "de manera más violenta e impredecible".

La revisión cubre el periodo entre el 28 de septiembre y el 16 de diciembre e indica que en los últimos meses ha habido un claro cambio en la manera en la que los entrevistados por la comisión, que aún no ha podido visitar Siria, describen el conflicto.

Se pone el ejemplo de un reciente bombardeo en una localidad de la provincia de Latakia por parte de las fuerzas gubernamentales, que fue descrita por los testigos entrevistados como "una acción llevada a cabo desde posiciones en localidades alauitas".

Otro caso es la descripción de los ataques por tierra en Bosra, en la provincia de Deraa (sur), que se enmarcó "en la creciente escalada de tensión entre chiíes y suníes".

Sobre el terreno, la comisión señaló que las tensiones crecientes han derivado en combates entre diferentes grupos armados por una cuestión sectaria, sobre todo en zonas de comunidades plurales controladas por comunidades minoritarias progubernamentales.

"Algunas comunidades minoritarias, notablemente los alauitas y los cristianos, han formado grupos de armados de autodefensa para proteger sus barrios de los combatientes antigubernamentales, estableciendo puntos de control", señala el documento.

Algunos de estos grupos, conocidos como Comités Populares, presuntamente han participado junto a fuerzas partidarias del presidente sirio, Bachar al Asad, en operaciones militares en zonas rurales en torno a Damasco y en barrios de la capital.

Comunidades minoritarias como los armenios, los cristianos, los drusos, los palestinos, los kurdos y los turcos "se han visto arrastrados al conflicto", alertó la comisión.

No obstante, señaló que la gran línea divisoria en el país es entre la minoritaria y gobernante comunidad alauí, a la que pertenecen los principales cuadros dirigentes del régimen y de las fuerzas armadas, y la mayoritaria comunidad suní.

El efecto de un enfrentamiento sectario, según la comisión, es que "ofrece una motivación a otros actores a implicarse en el conflicto", en referencia al grupo libanés chií Hezbolá, que ha confirmado el apoyo sobre el terreno de sus miembros a Al Asad.

"También ha habido informaciones, todavía bajo investigación, de que hay chiíes iraquíes yendo a luchar a Siria. Irán confirmó el 14 de septiembre que miembros de su Guardia Revolucionaria están en Siria dando 'apoyo intelectual y de asesoría'", agregó.

La comisión ha constatado que "al sentirse atacadas, las minorías étnicas y religiosas se han alineado con las partes en el conflicto, profundizando de esta manera la división sectaria".

"Los armenios ortodoxos de Siria, otros cristianos y las comunidades drusas han buscado protección alineándose con el Gobierno, con la consecuencia de que se han convertido en objetivo de los ataques de los grupos armados de oposición", alertó.

El informe dice que la violencia se ha incrementado "drásticamente" en las grandes ciudades y en sus alrededores, en particular en Damasco y en Alepo, donde los grupos de oposición "han avanzado en barrios cercanos a los respectivos centros urbanos".

La comisión considera que el Gobierno mantiene el control de la mayor parte de localidades en las provincias meridionales de Deraa, Al Suweida y Al Qunaiterah, debido a la fuerte presencia de unidades del ejército, junto a la existencia de grupos armados antigubernamentales relativamente desorganizados y poco armados.

Los informes sobre las provincias del norte y del centro describen una realidad diferente, con grupos armados de oposición ejerciendo el control sobre grandes áreas del territorio.

En provincias como Idlib, Latakia y Alepo, la oposición "ha logrado coordinarse de manera eficaz y cuentan con activos militares cada vez más eficaces, lo que le permite plantear un serio desafío a la autoridad de las fuerzas del Gobierno".

No hay cambios en que los patrones de violaciones de los derechos humanos internacionales y de la ley humanitaria detectados por la comisión en informe previos "han continuado sin remisión".

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