El ejército burkinés negocia con los golpistas tras entrar en Uagadugú

  • El ejército burkinés entró sin resistencia en Uagadugú, donde negociaba a primera hora del martes la rendición de los golpistas de la guardia presidencial, horas después de la puesta en libertad del presidente de transición.

"Todos los cuerpos [del ejército movilizados el lunes para marchar sobre la capital] entraron en Uagadugú" durante la noche, declaró a la AFP el coronel Serge Alain Ouédraogo, subjefe de la gendarmería burkinesa.

"Ahora hay que obtener la rendición del RSP [Regimiento de Seguridad Presidencial], sin disparos ni derramamiento de sangre", añadió.

Durante la noche del lunes, columnas del ejército regular llegaron a las puertas de la capital, donde rige un toque de queda desde el jueves. Allí, detuvieron su avance.

Los jefes del ejército habían instado poco antes en un comunicado a los golpistas a "deponer las armas" y advirtieron que todas las unidades se dirigían hacia la capital "con el único objetivo de desarmar" al RSP.

El texto estaba firmado por "los jefes del cuerpo del ejército nacional" de Burkina Faso, aunque sin precisar sus nombres.

En este contexto, el jefe del estado mayor de las fuerzas armadas, el general Pingrenoma Zagré, "invitó" a los golpistas a deponer armas y pidió al resto del ejército y "asegurar una buena acogida a los hermanos del RSP".

Desde el golpe de Estado perpetrado el 17 de septiembre por el Regimiento de Seguridad Presidencial y su exjefe Gilbert Diendéré, el ejército se había mantenido en un segundo plano.

Tras derrocar el régimen de transición iniciado en 2014 con la caída del entonces presidente Blaise Compaoré, el general Diendéré, próximo a este último, tomó el poder, rechazando a su vez estar dirigido por el exjefe de Estado.

Esta ofensiva del ejército, cuyos militares eran animados por los habitantes en su avance hacia Uagadugú, según varios testigos, llega cuando la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) presentó el domingo un proyecto para salir de la crisis.

La propuesta prevé especialmente una amnistía para los golpistas y que los partidarios del expresidente Blaise Compaoré puedan presentarse a las elecciones.

En las calles de la capital, la mayoría de habitantes consultados el lunes consideraban el plan "inaceptable".

"Si tenemos armas, lucharemos con el ejército", estimó Issouf Nikema, un artesano de Uagadugú, tras conocer el avance de los militares hacia la capital burkinesa.

El centro de la capital se vació con el anuncio de la llegada del ejército, mientras los golpistas desplegaban algunos vehículos alrededor de uno de sus campos en el centro y en varios puntos estratégicos en la zona de la presidencia, constató la AFP.

El RSP, cuyos 1.300 combatientes están considerados como una de las unidades de élite del ejército, era la antigua guardia petroriana del presidente Compaoré. La sociedad civil pidió en varias ocasiones su disolución.

Por su parte, el presidente de transición Michel Kafando, derrocado por el golpe de Estado, "se encuentra en la residencia de Francia", anunció el lunes por la noche en Twitter el embajador francés en el país, Gilles Thibault.

Los militares golpistas de la guardia presidencial detuvieron a Kafando el miércoles en plena reunión del consejo de ministros y anunciaron a continuación su liberación tras una mediación de los Estados de África occidental. Desde entonces, estaba en arresto domiciliario.

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