El exilio birmano espera la visita de Suu Kyi a los campos de refugiados

  • El exilio birmano en Mae Sot espera expectante la anunciada visita de la Premio Nobel de la Paz 1991, Aung San Suu Kyi, mañana a esta localidad fronteriza del norte tailandés, pese al desconocimiento de su agenda a menos de 24 horas de su llegada.

Mae Sot (Tailandia), 1 jun.- El exilio birmano en Mae Sot espera expectante la anunciada visita de la Premio Nobel de la Paz 1991, Aung San Suu Kyi, mañana a esta localidad fronteriza del norte tailandés, pese al desconocimiento de su agenda a menos de 24 horas de su llegada.

"Sinceramente, no lo sé. Ahora mismo vamos todos a ciegas", declaró a Efe Sally Thompson, del Consorcio Frontera Tailandia-Birmania, que coordina la asistencia en los campos de refugiados.

El mismo desconcierto expresaban varias organizaciones más dedicadas a la atención de birmanos en esta localidad, incluidas las que debían de ejercer de anfitriones.

La situación era la misma en la clínica Mae Tao, donde cada día acuden decenas de birmanos sin recursos de ambos lados de la frontera en busca de asistencia sanitaria gratuita, y en la que llevan varios días haciendo preparativos para recibir a Suu Kyi.

"En principio, recorrerá las instalaciones, hablará con algunos de los pacientes ingresados y luego se entrevistará con la directora durante una hora. A la salida dará un discurso", indicó la vicedirectora, Eh Thwa, aunque admitía que igual no se producía porque todavía no había podido confirmar la visita.

La confusión también reinaba en el comité de refugiados karen, etnia a la que pertenece el 80 por ciento de los 40.000 residentes en el campo de Mae La, el otro lugar al que se cree que acudirá Suu Kyi.

"Pensamos que vendrá, pero las autoridades tailandesas no nos han informado de nada", dijo Josh, un portavoz del colectivo.

Tampoco saben más las organizaciones de Mae Sot que pidieron una reunión con Suu Kyi a su partido, la Liga Nacional para la Democracia (LND), según Khin Ohmar, directora Burma Partnership, una de ellas.

Esa situación no ha mermado el entusiasmo de muchos de los birmanos residentes en Mae Sot para ver y saludar a la mujer que defendió la democracia ante la dictadura militar y que sufrió arresto domiciliario 15 de los últimos 24 años.

Myant U, que regenta un restaurante, recuerda su encuentro con Suu Kyi en 1989, antes de que la impusiesen su primer arresto.

Al año siguiente, Myan U tuvo que huir de Birmania después de que los militares perdiesen en las elecciones generales ante la LND y comenzase una fuerte represión contra la oposición.

"Si la veo, se acordará de mi. Tiene muy buena memoria", dice Myant U, quien a pesar de las reformas de corte democrático que impulsa el actual presidente birmano, Thein Sein, considera que "aun es temprano para regresar" a su país.

"Tengo muchas ganas de verla. Se le está preparando una bienvenida, pero aun no sabemos si vendrá a Mae Sot o solo irá al campo de Mae La", asegura Thi Hla, otro joven exiliado en Mae Sot.

Desde su llegada a Tailandia el martes pasado para participar en el Foro Económico Mundial sobre Asia Oriental, miles de birmanos han arropado a Suu Kyi en varias de sus apariciones públicas.

Centenares de inmigrantes la recibieron emocionados el miércoles en Mahachai, a unos 45 kilómetros al oeste de Bangkok, uno de los principales centros de la industria pesquera tailandesa que emplea a miles de birmanos como mano de obra barata.

Una expectación parecida se espera el sábado en Mae Sot, ante la cual las autoridades locales anunciaron el despliegue de un fuerte dispositivo para garantizar la seguridad de la nobel de la paz y su comitiva.

La unanimidad en las ganas de ver a Suu Kyi la rompía la Asociación para la Asistencia a los Presos Políticos, que no está reconocida como organización legal por Tailandia.

"No tenemos intención de reunirnos con ella ni de ir a verla porque ya nos comunicamos regularmente a través de intermediarios. Les enviamos cada semana informes", dijo uno de sus activistas, Aung Myo Thien.

Éste admitió que debido a la situación irregular de su colectivo, un encuentro público podría comprometer la imagen de la recientemente elegida jefa de la oposición en el Parlamento birmano.

Tras la visita al norte de Tailandia, donde entre 130.000 y 200.000 birmanos subsisten desde hace décadas en campamentos de refugiados, Suu Kyi volverá a Rangún, capital de Birmania (actual Myanmar).

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