El exilio cubano discrepa sobre el permiso a René González para viajar a Cuba

  • Diversos grupos del exilio cubano de Miami (Florida) se mostraron hoy divididos sobre la decisión de una jueza estadounidense de permitir que el cubano René González, condenado por espionaje en este país y en libertad condicional, viaje a Cuba a visitar a un hermano enfermo.

Miami (EEUU), 20 mar.- Diversos grupos del exilio cubano de Miami (Florida) se mostraron hoy divididos sobre la decisión de una jueza estadounidense de permitir que el cubano René González, condenado por espionaje en este país y en libertad condicional, viaje a Cuba a visitar a un hermano enfermo.

"Es vergonzoso que la Administración de Obama no entienda el nefasto resultado de hacer concesiones a regímenes totalitarios que se encuentran en la lista del Departamento de Estado por auspiciar el terrorismo", señaló en un comunicado el Consejo por la Libertad de Cuba (CLC).

En opinión del CLC, la autorización del viaje de González a la isla puede permitirle establecer "nuevos contactos con funcionarios de la inteligencia castrista", algo que, precisaron, "pudiera resultar en una condena adicional".

Ese grupo criticó que el permiso otorgado por razones humanitarias se produzca en momentos en que el régimen cubano "mantiene rehén a Alan P. Gross, ciudadano americano (de EE.UU.) condenado a quince años de prisión, y horas después del arresto en Cuba de setenta mujeres activistas de derechos humanos".

"Son momentos en que la represión en Cuba se ha incrementado", insistió la organización del exilio.

Según la orden judicial emitida este lunes por la jueza Joan A. Lenard, González, que es ciudadano estadounidense, podrá realizar esa visita a su hermano Roberto González, pero no podrá estar fuera de Estados Unidos durante más de dos semanas.

La jueza impone para ello algunas condiciones, como que González "obtenga todos los permisos necesarios, licencias y/o autorizaciones del Gobierno de Estados Unidos, incluidos del Departamento de Estado y del Departamento del Tesoro", indican los documentos a los que tuvo acceso Efe.

"No nos alegramos" de la decisión de la jueza, pero tampoco "nos negamos a que se protejan sus derechos humanos", porque "no podemos tener doble discurso cuando se trata de cuestiones humanitarias", uno respecto a Cuba y otro a Estados Unidos, dijo a Efe Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia.

Sin embargo, Sánchez advirtió sobre el "riesgo grande" de que se González, quien pasó trece años en una prisión estadounidense, salió en libertad el 7 de octubre de 2011 de una cárcel del estado de Florida y ahora cumple tres años de libertad supervisada, se quede en Cuba.

Por ello, el activista del exilio cubano hubiera preferido que fuese el hermano de González, "si no está en la cama", el que viajara de Cuba a Estados Unidos para encontrarse con el exintegrante de la red de espionaje "Avispa", que fue desmantelada en 1998 y según las autoridades infiltró a grupos del exilio cubano y espió instalaciones militares en el sur de Florida.

El hermano de González, Roberto González, está ingresado en un hospital de La Habana por un cáncer de pulmón y un tumor maligno en el cerebro, según la moción presentada en febrero pasado por el abogado Phil Horowitz a la jueza federal Lenard de Miami.

"Una solución hubiera podido ser que a su hermano (Roberto) se le diera una visa temporal para que lo viera" aquí, en Estados Unidos, ya que, según Sánchez, se trata de un "fanático de una dictadura que conspiró para matar" y "no ha cambiado".

Para Tomás Rodríguez, de Agenda Cuba, lo esencial es que Estados Unidos es un "estado de derecho, donde los poderes están bien limitados", y el Poder Judicial ha considerado autorizar este viaje, algo "muy normal en las Cortes norteamericanas".

En ese sentido, explicó que "no se trata de un caso excepcional" en Estados Unidos y otros países con presos que ya han cumplido la condena y están en libertad supervisada.

"Creemos que esto muestra la ventaja de un estado de derecho como Estados Unidos", apostilló.

René González, Gerardo Hernández, Ramón Labaniño, Fernando González y Antonio Guerrero fueron hallados culpables en 2001 de conspirar y operar como agentes extranjeros sin notificar al Gobierno estadounidense, tras desmantelar el FBI la red de espionaje "Avispa".

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