El FBI devuelve 41 armas y 100.000 balas a la milicia que quería asesinar policías y acabar con el Gobierno de EEUU

  • El arsenal, que incluye varios rifles de asalto AK-47, fue requisado por los agentes federales en 2010 cuando se acusó al grupo de conspirar para matar a un policía en el estado de Michigan y de preparar un ataque con bombas artesanales que se llevaría a cabo durante su funeral. Su fin último era forzar una reacción desproporcionada de las fuerzas de seguridad para tratar de provocar un levantamiento popular contra la Administración Obama.

El FBI devuelve 41 armas y 100.000 balas a la milicia que quería matar agentes de policía y acabar con el Gobierno de EEUU
El FBI devuelve 41 armas y 100.000 balas a la milicia que quería matar agentes de policía y acabar con el Gobierno de EEUU
ABC7

Desde el pasado viernes, 41 armas de fuego y 100.000 balas vuelven a estar a disposición de la milicia Hutaree. Sus nueve miembros fueron detenidos en marzo de 2010 acusados de planear un ataque terrorista contra la policía para tratar de desestabilizar el Gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, más de dos años después, un juez federal ha considerado que no hay pruebas suficientes contra el grupo extremista: les ha puesto en libertad y les ha devuelto su arsenal.

Entre las armas recuperadas por este grupo ultracristiano se encuentran varios rifles de asalto AK-47, además de ametralladoras, escopetas de cañones recortados, pistolas e incluso arcos y espadas. El lote militar incautado a los Hutaree también incluía cascos, chalecos antibalas y 'walkie talkies'.

La mayoría del arsenal era propiedad de Thomas Piatek, uno de los líderes del grupo que fue liberado el pasado mes de marzo. Piatek necesitó de dos furgonetas para llevarse todas sus pertenencias de la comisaría central de Hammond (Indiana, EEUU). El resto de miembros de la milicia aún no han pasado a recoger sus armas, según han confirmado las autoridades.

Derrocar al Gobierno

El plan de la milicia Hutaree consistía en matar a un policía en el estado de Michigan y luego lanzar un ataque con bombas artesanales durante su funeral, para obligar a la policía a reaccionar y provocar así un levantamiento más grande contra el gobierno.

Con ese fin, el grupo realizaba entrenamientos de tipo militar en los bosques de Michigan desde 2008 y recolectaba material para fabricar bombas caseras. Sin embargo, fueron detenidos unas semanas antes de la fecha elegida para su golpe, acusados de "asociación delictiva, conspiración e intento de uso de armas de destrucción masiva".

A pesar de que de haber sido hallados culpables podrían haber enfrentado a una pena de cadena perpetua, la juez federal Victoria Roberts decidió cerrar el caso aduciendo que no suponían una amenaza "real ni concreta" contra el Gobierno.

Dirigidos por un 'iluminado'

El cerebro del grupo armado es David Brian Stone, de 47 años, que se hacía llamar 'Capitán Hutaree'. Entre los integrantes de la milicia también estaban su esposa y sus dos hijos. Stone, un iluminado, citaba pasajes de la Biblia para justificar su levantamiento armado en preparación para el fin del mundo, incluido uno que afirma que "un día, tal como dice la profecía, llegará el Anticristo. Jesús nos quiere listos para defendernos usando la espada".

En el sitio de Internet del grupo, ya eliminado de internet, había vídeos que mostraban a varios integrantes de la milicia en ropa de camuflaje practicando con armas de gran calibre y realizando ejercicios paramilitares en una zona boscosa.

Un fenómeno al alza

El fenómeno de las milicias populares no es nuevo en Estados Unidos. De hecho, es tan antiguo como la propia revolución estadunidense y su legitimidad está refrendada en la Constitución. Sin embargo, eso no les resta ni un ápice de su peligrosidad.

Según los expertos, estos grupos paramilitares están integradas por ciudadanos que comparten su amor por las armas y la voluntad de mantenerse en permanente estado de alerta por si el país necesitara sus servicios.

Su ideología consiste, básicamente, en la defensa de la libertad individual frente a lo que consideran una amenaza procedente del Estado, ya sea un inspector de hacienda, un encuestador del censo o un agente de policía.

Las milicias incrementaron 244% el primer año de gobierno de Barack Obama, alcanzando la cifra récord de 512 grupos identificados en 2009, según la ONG Southern Poverty Law Center.

Cuando estos grupos deciden entrar en acción, los resultados suelen ser fatales: los casos más tristemente famosos son los del Unabomber (entre 1978 y 1995), los davidianos de Waco (Texas, 1993) o el atentado de Oklahoma en 1995, que acabó con la vida de 169 personas en el edificio local del FBI.

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Roberto Arnaz
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