El Gobierno alemán apoya a intelectuales chinos que exigen reformas a Pekín

  • El Gobierno alemán apoyó hoy la carta suscrita por intelectuales chinos en la que se exige a la Asamblea Nacional Popular (ANP), máximo órgano legislativo del país, reformas políticas y la ratificación del tratado de derechos humanos de la ONU.

Berlín, 1 mar.- El Gobierno alemán apoyó hoy la carta suscrita por intelectuales chinos en la que se exige a la Asamblea Nacional Popular (ANP), máximo órgano legislativo del país, reformas políticas y la ratificación del tratado de derechos humanos de la ONU.

"Comparto la exigencia de que China tiene finalmente que ratificar el pacto de los derechos ciudadanos y políticos", aseguró en un comunicado el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Guido Westerwelle.

El jefe de la diplomacia agregó que el Gobierno chino lleva diez años argumentando que antes de ratificar este acuerdo, debe adecuar su sistema legal, sin que hasta la fecha se hayan realizado modificaciones sustanciales de la legislación.

"Después de más de diez años, este argumento ha perdido mucha fuerza. Me pregunto que ha pasado en el ínterin", indicó Westerwelle.

El ministro recalcó que China adolece de "déficit significativos en áreas de derechos políticos y ciudadanos", así como en libertad de pensamiento y de prensa.

"Espero que la nueva dirección china aproveche la oportunidad y justo al comienzo de su mandato mande una señal en relación a los derechos humanos. Ésta podía consistir en ratificar el pacto de la ONU sobre derechos ciudadanos y políticos", añadió.

Hace dos días, más de 120 intelectuales chinos firmaron una petición dirigida a la ANP, cuyo plenario arranca la semana que viene, que pide la ratificación "lo antes posible" del Pacto Internacional sobre Derechos Políticos y Civiles, "para promover los principios de los derechos humanos y el constitucionalismo".

Los suscriptores son destacados expertos, abogados, periodistas y otras personalidades de China, entre ellas el letrado Pu Zhiqiang, conocido defensor de disidentes ante los tribunales, o la escritora y activista Dai Qing.

El pacto, parte de la Carta Internacional de los Derechos Humanos, exige a los firmantes el respeto a los derechos civiles y políticos del individuo, incluyendo el derecho a la vida, la libertad de creencia, la libertad de expresión y el derecho a asamblea y a participar en elecciones.

El Gobierno chino firmó de hecho el pacto en 1998, pero el Legislativo nunca lo ha ratificado.

Una petición similar, que reunió 10.000 firmas, fue enviada a las autoridades poco antes de los Juegos Olímpicos de 2008.

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