El Gobierno de Portugal supera la moción de censura de la izquierda marxista

  • El Gobierno conservador de Portugal superó hoy con facilidad, gracias a su mayoría absoluta, dos mociones de censura presentadas por los partidos de la izquierda marxista, que exigen el fin de la dura política de austeridad aplicada en el país.

Lisboa, 4 oct.- El Gobierno conservador de Portugal superó hoy con facilidad, gracias a su mayoría absoluta, dos mociones de censura presentadas por los partidos de la izquierda marxista, que exigen el fin de la dura política de austeridad aplicada en el país.

Ambas mociones fueron rechazadas por la coalición de centro-derecha en el poder, que cuenta con 132 de los 230 parlamentarios, y gracias a la abstención del Partido Socialista (PS, 74 diputados) que, sin embargo, abundó en la andanada de críticas al primer ministro, Pedro Passos Coelho.

Solo votaron a favor de su destitución las dos fuerzas responsables de las mociones, el Bloque de Izquierda (BI) y el Partido Comunista (PCP) con su aliado Los Verdes, que suman 24 diputados y acusaron a Passos Coelho de llevar "al desastre" a Portugal para cumplir las exigencias de su rescate financiero.

Una fuerte crispación dominó la sesión parlamentaria en uno de los debates más duros de la legislatura, que se centró en el nuevo paquete de austeridad anunciado ayer por el Ejecutivo, con una subida de impuestos que eleva en un 30 % la presión fiscal sobre los ciudadanos para reducir el déficit público en 2013 al 4,5 %, como exige la troika.

Passos Coelho volvió a argumentar que quienes rechazan estos ajustes no proponen alternativas factibles y "no responden al principal problema, la financiación", que Portugal podría perder si no cumple los compromisos con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional -la troika-, que prestaron al país 78.000 millones de euros para evitar su bancarrota.

"La extrema izquierda no tiene una solución, al menos una que sea compatible con la permanencia en la UE y la zona euro", insistió el primer ministro, que culpó del elevado nivel de la deuda lusa a "gobiernos anteriores".

El ministro de Finanzas, Vítor Gaspar, sorprendió en el debate con sus alabanzas a los participantes en las manifestaciones multitudinarias de septiembre contra la troika y la austeridad.

"El pueblo portugués se erigió en el mejor del mundo y el mayor activo de Portugal", recalcó Gaspar, que recogió el principal mensaje de las protestas al sostener que el país "debe librarse de la troika lo más deprisa posible".

"Esto es lo más importante, y ya hay una fecha, junio de 2014, pero para prescindir de la asistencia financiera necesitamos resolver los problemas", argumentó.

Mientras las manifestaciones pedían la renuncia del Gobierno, la oposición de izquierda, los sindicatos e incluso el gremio empresarial y dirigentes de la propia coalición en el poder criticaron también las últimas medidas de austeridad.

El mayor sindicato luso, la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP, comunista), convocó ayer para el 14 de noviembre una huelga general contra la política de austeridad que será la tercera en los quince meses de Gobierno de Passos Coelho.

La doble moción de censura de hoy elevó también a tres el número de intentos de la izquierda marxista por derribar al Ejecutivo, tras otra frustrada votación parlamentaria el 25 de junio que tuvo los mismos argumentos de hoy.

En esta ocasión, el principal partido de oposición, el socialista, no ahorró tampoco críticas pese a abstenerse después, como hizo en junio, en la votación de las mociones.

El PS justificó su postura por su "doble rechazo", al camino del Gobierno y a las medidas que proponen los partidos situados a su izquierda.

El secretario general socialista, António José Seguro, afeó al Ejecutivo que informara de sus últimas medidas antes a Bruselas que a los portugueses y recordó a Passos Coelho que él mismo reprobó, y luego derribó, en marzo de 2011 al anterior Gobierno, de signo socialista, por hacer lo mismo.

Desde el Partido Comunista, Jerónimo de Sousa atacó al primer ministro por "trabajar contra los trabajadores, los pensionistas y los empresarios" y pronosticó que se verá obligado a dimitir.

Francisco Louça, del Bloque de Izquierda, acusó de "falta de credibilidad" y "fraude electoral" al Gobierno por no cumplir las metas de déficit pese a sus "durísimos" recortes.

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