Vitoria, 20 mar.- El Gobierno vasco cumple este próximo domingo sus cien primeros días, un periodo en el que está teniendo que hacer frente, en palabras del lehendakari, Iñigo Urkullu, a la "cruda realidad" de una situación de "emergencia nacional" por la crisis.
El domingo se cumplirá ese periodo de "gracia" desde que el lehendakari tomó posesión de su cargo en la Casa de Juntas de Gernika el 15 de diciembre del año pasado.
La vuelta del PNV a Ajuria Enea, residencia oficial del lehendakari, después de casi cuatro años de Gobierno socialista de Patxi López, está marcada por la crisis y sus consecuencias políticas, que están dejando a un lado otras cuestiones que en otras circunstancias hubieran sido centrales en el debate político.
Por ejemplo, la criticada designación del exedil de HB Jonan Fernández como secretario general de Paz y Convivencia del Ejecutivo por parte del PP, UPyD y algunos colectivos de víctimas habría sido el foco del debate político si no fuera por el complicado panorama que tiene delante el Ejecutivo de Urkullu.
En las próximas semanas tiene el reto de sacar adelante unos presupuestos para este ejercicio con casi 1.200 millones menos que en 2012, un escenario que hace muy difícil que encuentre aliados entre otros partidos.
De hecho, el PSE-EE ha sido el primero en anunciar que presentará una enmienda a la totalidad al proyecto, que sólo tiene garantizado el apoyo del PNV. El segundo grupo más importante en número de parlamentarios, EH Bildu, también ha dejado entrever la posibilidad de que va a pedir la devolución del proyecto al Gobierno.
La aprobación de los primeros presupuestos de su legislatura, prevista para mediados del mes de mayo, es una prueba de fuego del nuevo Gobierno y su lehendakari, que se ha marcado como uno de los objetivos de estos cuatro años tejer consensos entre las diferentes fuerzas.
Precisamente con motivo de cumplir cien días de mandato y para dar a conocer sus planes de actuación en esta legislatura, Urkullu celebrará mañana un acto en la sede de la Presidencia del Gobierno vasco ante un centenar de ciudadanos.
Sobre estos primeros cien días de regreso del nacionalismo al Gobierno de Vitoria, Urkullu reconoció a finales del pasado mes de febrero que no esperaba que la oposición le concediera ese periodo de "cortesía", pero, se quejó de que no le habían dado "ni una semana".
Durante estos tres meses, los grupos han acusado de inacción al Gobierno ante la situación económica del país, mientras que el lehendakari ha reiterado sus peticiones de realismo y de que los partidos abandonen posiciones maximalistas, entre otras cosas, para que el Gobierno no se vea abocado a la prórroga presupuestaria.
Este escenario no es deseado por el Ejecutivo, que considera que sería totalmente irreal acometer un ejercicio con unas previsiones de ingresos que ya se saben no van a ser reales, por la bajada de la actividad económica.
Este descenso de recursos ha provocado fuertes recortes en algunas partidas del presupuesto, que el Gobierno ha querido evitar en áreas como Educación, Sanidad o Servicios Sociales, aunque también se van a ver afectadas.
Además, el Gobierno vasco está comprobando en el Parlamento que le espera una legislatura complicada. Ya ha podido constatar en varias votaciones que los empates van a ser frecuentes y que el voto del único representante de UPyD puede ser determinante ante empates del PNV (27) y PP (10), por un lado, y EH Bildu (21) y PSE-EE (16), por otro.
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