El hombre que diseñó la derrota de Obama y los demócratas

  • Karl Rove es uno delos cerebros políticos más importantes de Washington. Fue asesor del presidenteGeorge W. Bush, al que acompañó desde sus primeras victorias electorales enTexas. Ahora dirige la campaña republicana desde la sombra.

Karl Rove, el hombre que diseñó la derrota de Obama
Karl Rove, el hombre que diseñó la derrota de Obama
Guetty Images
Roberto Arnaz Fernández

Bajo su apariencia degordito bonachón se esconde una de las mentes más clarividentes de la políticaestadounidense. Karl Rove es un tipo de perfil bajo. No le gustan los focos niatraer la atención de la prensa. Lo suyo es el trabajo sucio, desatascar lascacareadas cañerías de la política estadounidense. Tras dos años en unvoluntario olvido tras el tortuoso fin de la era Bush, Rove regresó hace unosmeses a la política con la tarea de convertir en aplastante la presumiblevictoria republicana en las elecciones legislativas. Una misión que, a juzgarpor los resultados, ha vuelto a desempeñar con éxito.Para lograr suobjetivo diseño con mimo un cuidado plan. Lo primero fue crear una asociación, la American CrossroadsGPS, que los grandes benefactores del partido republicano, como el magnate delos medios de comunicación Rupert Murdoch, nutrieron con 65 millones dedólares. Después llegaron los voluntarios, miles, las llamadas de teléfono, loscorreos electrónicos e incluso las aplicaciones para el iPhone. La orquesta deRove estaba afinada antes incluso que los estrategas demócratas se dierancuenta de que estaban en campaña.Pero aún faltaba elnúmero final. A poco menos de dos semanas de las votaciones, una misteriosacampaña de anuncios televisivos muy críticos con los candidatos demócratasrecorrió la nación. De nuevo la mano de Rove era la que pulsaba el botón del play.Desde su pequeña oficina a pocas manzanas de la Casa Blanca y junto asu protegido Carl Forti, responsable político de American Crossroads, coordinóel plan para inundar las televisiones locales de los distritos más igualadoscon anuncios en los que se aireaban los trapos sucios de los candidatos  demócratas. Cientos de miles de dólaresinvertidos en Illinois, Texas o Nuevo México, sin olvidar los 272.000 dólaresen anuncios que costó acabar con la carrera electoral de Lincoln Davis en elcuarto distrito de Tennessee. También apoyado en elpolémico presentador y comentarista político Glen Beck, su brazo armado en losmedios de comunicación, el ex asesor y cerebro de las victorias electorales deGeorge W. Bush guió al electorado republicano por el camino correcto a lasurnas y, de paso, consiguió desmoralizar a sus rivales demócratas. Obama ni siquierahabía inaugurado su presidencia cuando Rove ya predijo que "el regreso delpartido republicano al poder ya había comenzado". Dos años después suspredicciones se han cumplido.Ahora su principalreto será acercar posturas con el Tea Party para evitar que una fractura en laderecha estadounidense propicie la reelección de Barack Obama. No lo tendráfácil, sobre todo con Sarah Palin. La musa de los teabaggers ya haanunciado su más que probable intención de presentarse a las eleccionespresidenciales de 2012, algo que al estratega conservador no le hace ningunagracia. Según declaró a The Daily Telegraph, Rove considera que Palin no tiene"el peso político" para vencer a un candidato como Obama y que podría"secuestrar" el gran momento que viven los republicanos. Además, tampoco legusta que la ex gobernadora de Alaska se exhiba en un reality show como el queestrenará el próximo domingo en la cadena TLC. De la capacidad de Rove paramantener bajo control al Tea Party dependerá en gran medida que los republicanoslleguen a 2012 con capacidad para arrebatarle a Barack Obama su sillón en elDespacho Oval.

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