El jefe torturador del Jemer Rojo condenado en Camboya a cadena perpetua

  • El jefe torturador del Jemer Rojo, Kaing Guek Eav, alias Duch, fue condenado hoy a cadena perpetua por el tribunal internacional de Camboya en el que apelaba contra la pena anterior de 35 años de cárcel.

Laura Villadiego

Phnom Penh, 3 feb.- El jefe torturador del Jemer Rojo, Kaing Guek Eav, alias Duch, fue condenado hoy a cadena perpetua por el tribunal internacional de Camboya en el que apelaba contra la pena anterior de 35 años de cárcel.

La vista, en la que Duch recurría para conseguir una reducción de la condena emitida en 2010 al ser declarado culpable de crímenes contra la Humanidad y crímenes de guerra, concluyó como el acusado no esperaba: con una pena más elevada de la que antes recibió.

A los delitos probados que cometió durante los 44 meses que estuvo al frente del centro de detención por el pasaron al menos 14.000 personas camino de la ejecución, el tribunal auspiciado por Naciones Unidas añadió los de exterminio y esclavitud.

El tribunal, presidido por el juez camboyano Kong Srim, anuló además la compensación por el tiempo que pasó encarcelado a la espera de un juicio, entre 1999 y 2007, y restó peso a los atenuantes que expuso previamente la defensa y que habían servido para atenuar la pena impuesta con anterioridad.

"Los crímenes cometidos por Kaing Guek Eav se encuentran entre los peores de la historia. Merecen la pena más dura que exista", dijo el magistrado durante la vista.

Kaing Guek Eav apeló a pesar de que la pena inicial fue rebajada a 30 años para compensar el tiempo transcurrido en prisión y admitir que había torturado y ordenado matar a miles de personas enviadas a la prisión de Tuol Sleng, llamada también S-21.

En el caso de haberle mantenido la misma pena, este obediente oficial del régimen del Jemer Rojo que ahora tiene 69 años habría pasado otros 17 años encarcelado puesto que desde hace 13 años está tras las rejas.

Durante la vista, la defensa sostuvo que el tribunal no tenía jurisdicción para enjuiciar a Duch dado que como no desempeñó un destacado cargo tampoco se le puede hacer responsable directo de los crímenes que se cometieron durante el régimen del Jemer Rojo.

El juez rechazó el argumento de los abogados y aseguró que Duch tuvo "un papel central" en la toma de decisiones dentro de aquella prisión en la que mandaba y a la que llamó "factoría de la muerte".

También el presidente del tribunal señaló que los jueces de la primera instancia judicial erró al otorgar excesivo valor judicial a algunos atenuantes como el de la colaboración de Duch con el tribunal, sus muestras de arrepentimiento y peticiones de perdón a las víctimas.

La Fiscalía, que también recurrió el fallo inicial para pedir cadena perpetua conmutable por no menos de 45 años de prisión, se mostró satisfecha con el aumento de la condena.

"Podemos expresar satisfacción (...) Se ha llegado más lejos de lo que habíamos pedido", dijo el fiscal Andrew Cayley.

Duch escuchó la mayor parte de la intervención del juez sentado en el banquillo y estuvo en el estrado solo unos minutos para oír la sentencia, que fue bien recibida por los familiares de las víctimas y otras personas que sufrieron en sus carnes la tortura.

"Estoy muy satisfecho con la sentencia, era la única forma de hacer justicia", afirmó Bou Meng, uno de los pocos supervivientes de la prisión en la que atormentaban a los detenidos arrancándoles las uñas con tenazas, quemándolas vivas, degollándolas o matándolas a golpes.

Los abogados de las víctimas apuntaron, sin embargo, que según la ley camboyana el condenado puede pedir el perdón tras 20 años de prisión, lo que en el caso de Duch se cumplirá transcurridos siete años.

En contraste con la satisfacción de unos, varios expertos criticaron la decisión del tribunal de negar a Duch una reparación por los años que permaneció detenido, más allá del límite legal, antes del inicio del juicio.

"Se ha violado su derecho a ser compensado por la detención ilegal y eso es un mal ejemplo para el Estado de Derecho en Camboya", aseguró la observadora de la organización Open Society Justice Initiative, Clair Duffy.

El antiguo director del S-21 permanecerá en las dependencias del tribunal internacional hasta que las autoridades camboyanas decidan a qué centro penitenciario debe ser transferido.

Duch es el primer condenado de entre los destacados mandos del Jemer Rojo implicados en las atrocidades cometidas durante el régimen que causó la muerte de al menos 1,7 millones de personas, entre abril de 1975 y enero de 1979.

Otros tres acusados -el ideólogo y número dos de la organización, Nuon Chea; el ex ministro de Exteriores,Ieng Sary; y el exjefe de Estado, Khieu Samphan- se sientan desde el pasado noviembre en el banquillo del tribunal.

Pol Pot, máximo dirigente del Jemer Rojo, murió en abril de 1998 en la base de la guerrilla situada en Anlong Veng, en el noroeste de Camboya.

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