El mal ejemplo llega también del norte de Italia

  • Milán, la capital de Lombardía, que se consideraba el referente moral y económico del país, se revela hoy como el centro de la corruptela y del desgobierno tras el escándalo de la independentista Liga Norte, que ha provocado la dimisión como secretario federal de su carismático líder, Umberto Bossi.

Carmen Postigo

Roma, 18 abr.- Milán, la capital de Lombardía, que se consideraba el referente moral y económico del país, se revela hoy como el centro de la corruptela y del desgobierno tras el escándalo de la independentista Liga Norte, que ha provocado la dimisión como secretario federal de su carismático líder, Umberto Bossi.

"Un mal ejemplo que llega del Norte", titula hoy el diario turinés La Stampa el editorial firmado por Franco Garelli, que hace alusión al goteo de noticias sobre las investigaciones judiciales que se abaten sobre Milán y Lombardía, quienes "hasta ahora estaban convencidas de ser un punto de referencia para toda Italia por su gran papel político y administrativo".

Pero las sombras y sospechas han planeado últimamente sobre la sede de la región de Lombardía y la de los partidos.

Ayer el extesorero de la Liga Norte Francesco Belsito devolvió once diamantes, lingotes de oro por un peso total de cinco kilogramos y un coche Audi A6 a la sede de la Liga Norte en Milán.

Los investigadores siguen intentando localizar otros diamantes, por valor de 200.000 euros y que, sospechan, podrían haberse dividido entre la vicepresidenta del Senado Rosy Mauro, expulsada de la formación, y otro miembro de la Liga, Piergiorgio Stiffoni.

Belsito es investigado por la Fiscalía de Milán, Nápoles y Reggio Calabria por apropiación indebida y estafa agravada en perjuicio del Estado, en un desvío de fondos del que supuestamente se beneficiaron, entre otros, miembros de la familia Bossi.

Las investigaciones sobre la Liga Norte saltaron el pasado 3 de abril cuando la policía italiana registró la sede del partido, exaliado gubernamental de Silvio Berlusconi, que aportaron indicios de extraños movimientos de dinero y hasta supuestas relaciones con la mafia calabresa, la ndrangheta.

Unos movimientos de dinero que habrían sido utilizados para favorecer a la familia de Bossi, como matrículas de estudios, viajes y vehículos de lujo de los hijos del líder de la Liga, y también para obras en su casa y negocios de su segunda esposa.

Nacido para distinguirse "étnicamente" y políticamente de una "Roma ladrona", convertida ya en un lema del partido, de una Italia proteccionista y del despilfarro, Bossi ha descubierto hace poco que no solo no ha logrado cambiar el sistema, sino que ha asimilado rápidamente la lógica por la que los escándalos lo abaten.

Los analistas hablan de la creación de Bossi, "la mentira de la región de la Padania", formada por las regiones septentrionales italianas de Piamonte, Lombardía, Véneto, Liguria, Friuli-Venezia-Giulia y parte de la Emilia Romagna para las que pedía la independencia, frente al resto de Italia a la que siempre ha combatido y despreciado.

Y es que la Padania, la región ideal de Bossi, "no existe, no ha existido jamás. No es una nación, ni un pueblo, es una comunidad de intereses y la invención política y mitológica de un hombre", asegura el analista Curzio Maltese.

"Bossi ha inventado las camisas verdes (color del partido), el dios Po (...) y sobre todo, ha fabricado los enemigos externos, la Roma ladrona y los burócratas de Bruselas", señala Maltese en un reciente reportaje sobre la "Balcanización de la Liga Norte".

El escándalo ha llevado, hasta el momento, a la dimisión de Umberto Bossi como secretario federal del partido y de su hijo Renzo como consejero de la Región Lombardía, bautizado por su padre como "la trucha", al responder a una pregunta de si su descendiente podría ser su delfín.

Los hijos del exsecretario de la Liga son dos de las figuras clave del escándalo, ya que supuestamente se encuentran entre los principales beneficiarios del desvío de fondos, aunque, por el momento, la Fiscalía italiana no ha imputado a nadie de la familia Bossi.

En un acto con los militantes de base el pasado 10 de abril en Bérgamo (norte de Italia), Bossi pidió perdón por el "daño" que se haya podido inferir al partido por los que llevan su apellido.

Tras la dimisión de Bossi, que fue designado presidente federal, la Liga está actualmente liderada por un triunvirato del que forman parte el exministro de Interior, Roberto Maroni, el de Simplificación Normativa, Roberto Calderoli, y la diputada de la región del Véneto, Manuela dal Lago, hasta la designación de un nuevo secretario a finales de junio.

Un futuro el de la Liga, ya dividida, al que todos pronostican una rápida desaparición con la misma velocidad con la que se evaporarán los mitos sobre los que ha basado su supuesta superioridad sobre el resto de Italia.

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