El mayor sindicato de Portugal convoca una huelga general para el 27 de junio

  • El mayor sindicato de Portugal, la CGTP (de tendencia comunista), convocó hoy una huelga general para el próximo 27 de junio contra la política del Gobierno conservador, a la que se ha sumado, de momento de forma parcial, el sindicato socialista UGT.

Lisboa, 31 may.- El mayor sindicato de Portugal, la CGTP (de tendencia comunista), convocó hoy una huelga general para el próximo 27 de junio contra la política del Gobierno conservador, a la que se ha sumado, de momento de forma parcial, el sindicato socialista UGT.

Las dos centrales mayoritarias de Portugal decidieron hoy organizar juntas un paro de empleados públicos ese día y la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP) amplió la convocatoria y llamó a la tercera huelga general en los dos años que lleva gobernando el primer ministro, Pedro Passos Coelho.

La Unión General de Trabajadores (UGT) celebrará el lunes una reunión para decidir si se suma a la huelga general, aunque ya apoyó la huelga de los funcionarios.

Los dos sindicatos, que agrupan a alrededor de 1,3 millones de trabajadores en Portugal, de 10,5 millones de habitantes, justifican las protestas por los recortes salariales y el aumento del horario laboral que el Gobierno va aplicar a los funcionarios públicos.

Passos Coelho, en declaraciones a los periodistas, expresó su "respeto" a las decisiones sindicales, pero puntualizó que lo que el país precisa es "mas trabajo, mejor trabajo, ser mas productivo y competitivo".

"Debemos respetar el derecho de toda la gente, el de hacer huelga y el de no hacerla y querer trabajar", agregó el primer ministro, que aseguró "no tener nada contra los funcionarios", pero recalcó que el Estado "no tiene dinero para sostener su factura salarial".

Los trabajadores del Estado suman unos 600.000 de los 5,5 millones que componen la población activa lusa y han sido blanco de varios recortes de salarios y de beneficios laborales por las medidas de austeridad del programa de rescate financiero que pidió Portugal hace dos años.

Aunque la CGTP decidió de inmediato que la convocatoria del próximo 27 de junio afectará tanto al sector público como al privado, portavoces de la UGT dijeron a Efe que su central decidirá si amplia el paro de funcionarios a huelga general en una reunión de su secretariado nacional y consejo general el próximo lunes.

Los dos sindicatos han organizado huelgas generales conjuntas en pocas ocasiones y de las tres que la CGTP ha secundado contra el Gobierno de Passos Coelho solo la primera, en noviembre de 2011, tuvo el respaldo de la UGT.

La central comunista organizó dos paros generales más, el 22 de marzo y el 14 de noviembre de 2012, y además ha apadrinado numerosas manifestaciones y protestas sectoriales de rechazo a las medidas de austeridad del Ejecutivo.

La huelga más reciente organizada en Portugal paralizó por completo el jueves el metro de Lisboa, cuyos trabajadores protestaron contra los recortes de salarios y las perspectivas de que se privatice ese y otros servicios de transporte público.

La convocatoria de huelga general se produjo tras la entrega formal, hoy al Parlamento, de una segunda versión de los presupuestos del Estado para este año con nuevas medidas de austeridad que compensan las que anuló en abril el Tribunal Constitucional, valoradas en 1.300 millones de euros.

Los nuevos recortes, revelados por el Ejecutivo en las últimas semanas, incluyen una rebaja del orden del 10 % en los gastos de los ministerios, el aumento de 35 a 40 horas semanales del trabajo de los funcionarios y el retraso de la jubilación de los 65 a 66 años.

Con esos y otros ahorros se cubre el déficit abierto por la declaración de inconstitucionalidad de los recortes de salarios públicos, pensiones y subsidios de desempleo y enfermedad incluidos en los anteriores presupuestos.

La mayoría absoluta de la coalición conservadora que gobierna Portugal garantiza que estos presupuestos, rechazados por toda la oposición, puedan ser aprobados en las próximas semanas.

Las nuevas medidas de ajuste obtuvieron este mes el visto bueno de la UE y el FMI, que bloquearon en abril el desembolso de fondos del rescate en espera de que el Gobierno compensara la sentencia del Constitucional.

Los dos organismos concedieron hace dos años 78.000 millones de euros a Portugal condicionados a un estricto programa de austeridad y reformas que rechazan los sindicatos y la oposición de izquierda.

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