Tirana, 24 may.- El Parlamento de Albania se reunirá el 30 de mayo para elegir al nuevo presidente del país, votación considerada como una prueba de madurez para la clase política local.
Según la Constitución, el sucesor del presidente actual, Bamir Topi, debe ser elegido con una mayoría absoluta de, al menos, 71 de los 140 diputados que componen la Asamblea y si fracasa la primera votación, pueden repetirse otras cuatro, hasta alcanzar el consenso.
Organismos internacionales, que enviarán observadores a estas elecciones, han abogado por un proceso transparente y democrático de votación, y por un mandatario consensuado, que represente la unidad nacional y esté por encima de los partidos políticos.
El primer ministro conservador, Sali Berisha, ha afirmado que el candidato debe ser uno de los dirigentes del gobernante Partido Democrático (PD), lo que ha sido rechazado por el opositor Partido Socialista (PS), que teme que el nuevo presidente sea una marioneta de Berisha y no garantice la independencia de las instituciones.
El PD, con 66 escaños, no puede imponer a su candidato ya que su aliado principal, el izquierdista Movimiento Socialista para la Integración (LSI), con cuatro diputados, ha dado señales de acercarse al PS, del que se dividió en 2009.
El líder socialista, Edi Rama, ha denunciado los esfuerzos de Berisha para comprar los votos de dos diputados socialistas, lo que fue considerado por el PD como "producto de una fantasía enferma".
De momento no se ha presentado ningún candidato oficial.
Albania vive una frágil estabilidad política gracias a un pacto logrado el noviembre pasado entre el PD y PS, dos formaciones que han dominado la escena política en estos 20 últimos años de la democracia albanesa.
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