El presidente de Kenia comparecerá ante la CPI para saber si es juzgado

  • El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, anunció hoy que comparecerá el próximo miércoles ante la Corte Penal Internacional (CPI) en la Haya imputado por crímenes de lesa humanidad como supuesto responsable de la ola de violencia postelectoral ocurrida en su país a finales de 2007.

Jèssica Martorell

Nairobi, 6 oct.- El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, anunció hoy que comparecerá el próximo miércoles ante la Corte Penal Internacional (CPI) en la Haya imputado por crímenes de lesa humanidad como supuesto responsable de la ola de violencia postelectoral ocurrida en su país a finales de 2007.

Lo hará durante una audiencia preliminar en la que el tribunal debería decidir si le juzga o no por estos hechos, después de que la Fiscalía pidiera un aplazamiento del juicio por no disponer de pruebas suficientes.

"Espero que este caso se archive (...) No hay pruebas contra mi", aseguró el mandatario keniano durante una sesión especial en el Parlamento, en la que reiteró su inocencia en los cargos que se le presentan.

Aunque el presidente keniano se mostró dispuesto a participar en el caso, en los últimos días sus abogados presentaron ante el tribunal una petición para evitar su comparecencia (o bien realizarla a través de videoconferencia), algo que la CPI rechazó.

"No asistiré a la conferencia en calidad de presidente", puntualizó Kenyatta, que aseguró no estar dispuesto a permitir que se juzgue "la soberanía de cuarenta millones de kenianos".

Por eso, anunció que, mientras dure este trámite judicial, le suplirá como jefe de Estado el vicepresidente de Kenia, William Ruto, acusado igualmente de crímenes de lesa humanidad por los mismos hechos.

La Fiscalía de la CPI acusa a Kenyatta de haber orquestado y financiado las turbas que en 2007 protagonizaron la grave ola de violencia postelectoral vivida en el país, cuando ostentaba el cargo de viceprimer ministro y titular de Finanzas.

En estos altercados murieron unas 1.300 personas, y más de 600.000 se vieron obligadas a dejar sus hogares.

"Mi conciencia está limpia, como siempre lo ha estado, porque soy inocente de todas las acusaciones que se han hecho contra mí", reivindicó el mandatario, hijo del primer presidente de Kenia, Jomo Kenyatta.

El juicio contra Kenyatta iniciado por la CPI ha estado envuelto de polémica desde su inicio y ha sido postergado en varias ocasiones.

A principios de septiembre la Fiscalía solicitó aplazar sin fecha la apertura del juicio al no disponer de suficientes pruebas contra el acusado por la falta de cooperación del Gobierno de Nairobi.

En palabras de la acusación, "las pruebas disponibles no son suficientes para probar la presunta responsabilidad criminal del señor Kenyatta más allá de la duda razonable".

"No he interferido con el protocolo de cooperación entre Kenia y la Corte Penal Internacional", aseguró Kenyatta, e insistió en que siempre ha colaborado con la investigación.

En un intento de blindar jurídicamente a su mandatario, el Parlamento de Kenia aprobó hace un año que el país abandone el Estatuto de Roma, tratado fundacional de la CPI, lo que, a partir de ese momento, le dejó fuera de su alcance jurisdiccional.

En los últimos meses, muchos países africanos han vivido una intensa oposición a la CPI por los juicios abiertos contra algunos de sus líderes, que se sienten "acosados" por el tribunal de La Haya.

Incluso la Unión Africana acordó la creación de un comité para intentar aplazar los procesos judiciales contra los actuales presidentes de Kenia y Sudán (sobre el sudanés Omar Hasan al Bachir, en particular, pesa una orden de arresto internacional) mientras estén en el cargo.

Además, aprobó recientemente una enmienda para conceder inmunidad a los jefes de Estado y Gobierno africanos, lo que provocó grandes críticas de las organizaciones internacionales en defensa de los derechos humanos.

Kenyatta y Ruto fueron elegidos en los comicios celebrados en marzo de 2013, que, a diferencia de los que tuvieron lugar a finales de 2007, se desarrollaron en general de forma pacífica.

Con la victoria de Kenyatta, Kenia se convirtió en el primer país que ha elegido como jefe de Estado a un candidato procesado por la CPI y en el segundo país, después de Sudán, dirigido por un presidente en activo que afronta un juicio de esa corte con sede en La Haya.

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