El presidente egipcio destituye al fiscal general del país

  • El presidente egipcio, Mohamed Mursi, destituyó hoy al fiscal general del país, Abdelmeguid Mahmud, al día siguiente de la polémica absolución de altos cargos del anterior régimen de Hosni Mubarak acusados por la muerte de manifestantes.

El Cairo, 11 oct.- El presidente egipcio, Mohamed Mursi, destituyó hoy al fiscal general del país, Abdelmeguid Mahmud, al día siguiente de la polémica absolución de altos cargos del anterior régimen de Hosni Mubarak acusados por la muerte de manifestantes.

Según el texto difundido por la agencia oficial egipcia, Mena, Mahmud ha sido nombrado embajador ante el Vaticano y será reemplazado de forma interina por uno de sus asistentes.

Horas antes, el Partido Libertad y Justicia (PLJ, islamista), al que pertenecía Mursi hasta asumir la Presidencia, pidió a Mahmud que dimitiera si no era capaz de presentar pruebas suficientes para condenar a los ex altos cargos que fueron absueltos ayer por su implicación en la muerte de manifestantes en la llamada "batalla del camello".

En un comunicado, el PLJ, brazo político de los Hermanos Musulmanes, exigió a Mahmud -nacido en 1946 y licenciado en Derecho por la Universidad de El Cairo- que buscase pruebas "que destapen al criminal que abrió fuego y derramó la sangre" o que renunciase a su cargo.

El papel de Mahmud, fiscal general de Egipto desde 2006, había sido puesto en cuestión en repetidas ocasiones tras la renuncia de Mubarak, el 11 de febrero de 2011, y era uno de los pocos altos cargos de la administración que conservaban su puesto tras la revolución.

El Tribunal Penal de El Cairo dictaminó ayer la absolución de 24 responsables del derrocado régimen de Mubarak acusados de estar implicados en la "batalla del camello" entre el 2 y 3 de febrero de 2011 en la plaza Tahrir, durante la revolución egipcia.

Sobre los procesados, entre los que se encuentran los expresidentes de las dos cámaras del Parlamento Fathi Surur y Safuat Sherif, pesaban los cargos de asesinato e intento de homicidio, agresiones y daños físicos irreparables a manifestantes.

Durante la "batalla del camello", uno de los momentos más dramáticos de la revolución egipcia, fieles al antiguo régimen apoyados por jinetes montados en estos animales y en caballos intentaron disolver las protestas que se celebraban en la plaza Tahrir para pedir la renuncia de Mubarak.

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