El primer ministro de Albania visita Serbia en un ambiente de tensión

  • El primer ministro de Albania, Edi Rama, visitará mañana lunes Serbia en el que será el primer viaje oficial al país de un máximo cargo albanés en casi siete décadas y que tiene lugar poco después de que las frágiles relaciones mutuas se evidenciaran en los incidentes nacionalistas ocurridos en un partido de fútbol entre ambas selecciones.

Snezana Stanojevic

Belgrado, 9 nov.- El primer ministro de Albania, Edi Rama, visitará mañana lunes Serbia en el que será el primer viaje oficial al país de un máximo cargo albanés en casi siete décadas y que tiene lugar poco después de que las frágiles relaciones mutuas se evidenciaran en los incidentes nacionalistas ocurridos en un partido de fútbol entre ambas selecciones.

"Todos debemos superar esta situación", declaró recientemente el jefe del Gobierno serbio, Aleksandar Vucic, y aseguró que con Rama tendrá "muchas cosas en la agenda, ante todo las relaciones económicas".

"Hablaremos de forma muy abierta y sincera", dijo Vucic.

También Rama, citado por los medios serbios, indicó que su visita a Belgrado será un nuevo comienzo para los Balcanes.

Albania y Serbia, enfrentadas por el conflicto de Kosovo, están obligadas a buscar puntos de encuentro y reconciliación en su deseo común de entrar algún día en la Unión Europea (UE).

El detonante de la nueva crisis entre los dos países fue un partido de fútbol el 14 de octubre en Belgrado, clasificatorio para la Eurocopa de 2016, que terminó con los hinchas locales asaltando el campo.

El árbitro acabó suspendiendo el encuentro y la UEFA sancionando a las dos federaciones.

Los dos países se acusaron mutuamente de provocaciones durante el partido y el presidente serbio, el nacionalista Tomislav Nikolic, calificó lo ocurrido en el estadio como "un atentado contra el establecimiento de la amistad entre Serbia y Albania".

Hasta tal punto llegó la tensión, que se especuló con la posibilidad de que el primer ministro de Albania, Edi Rama, cancelara de forma definitiva su visita oficial a Belgrado.

Finalmente, la visita sólo se aplazó dos semanas, hasta el 10 de noviembre, en señal de voluntad política de ambas partes de "trabajar en el mantenimiento de la estabilidad regional", según anunciaron ambos Gobiernos en un comunicado conjunto.

"Hemos visto una vez más la cara del nacionalismo en los Balcanes", comentó el analista serbio Predrag Simic en el semanario belgradense NIN.

Según Simic, la visita de Rama sólo se ha mantenido debido a las presiones internacionales, algo que resta valor a lo que considera habría sido una oportunidad "para que ambas partes muestren que las relaciones en la región van hacia la plena normalización".

Tanto Serbia como Albania son candidatos a entrar en la UE, que pone como condición para ello la existencia de un buen nivel de cooperación regional.

El principal escollo para esa colaboración es Kosovo, la antigua provincia serbia poblada mayoritariamente por albaneses étnicos que se declaró independiente, sin el reconocimiento serbio, en 2008.

Albania es el principal protector de Kosovo y los dos países son socios estratégicos en asuntos económicos y militares.

Las relaciones entre Serbia y Albania son, pese a los avances de los últimos 15 años, aún muy escasas.

El volumen de su intercambio comercial en el año 2013 fue de apenas 110 millones de euros, mientras que las relaciones con Croacia y Bosnia, ambos con un pasado conflictivo con Serbia, son muy superiores con 677 y 928 millones de euros, respectivamente.

Con un nivel tan bajo, las perspectivas de mejora son considerables, sobre todo a la luz del impulso de la UE a proyectos regionales comunes en los sectores de energía, transporte e infraestructuras viarias y de ferrocarril.

La UE está dispuesta a aportar 1.000 millones de euros de fondos propios y otros 10.000 en créditos internacionales.

Si ese es el futuro, el pasado habla de décadas de relaciones marcadas más por la rivalidad que por el entendimiento.

La última visita al máximo nivel se produjo en 1946, cuando el dictador comunista Enver Hohxa acudió a Belgrado, en aquel tiempo capital de la Yugoslavia socialista.

Ambos países pactaron varios acuerdos de cooperación e incluso se habló de crear una federación balcánica, un proyectó que quedó pronto olvidado.

La incipiente amistad entre los dos países comunistas duró poco. En 1948, Josip Broz Tito rompió con el bloque soviético de Stalin, al que pertenecía Albania.

Pocos contactos hubo desde entonces. La caída del comunismo en Albania pasó casi desapercibida en Serbia, que en la década de 1990 sufría el bloqueo internacional debido a las políticas autoritarias de su entonces líder, Slobodan Milosevic.

Las relaciones diplomáticas entre los dos países quedaron interrumpidas nuevamente en 1999, cuando Belgrado acusó a Albania de apoyar el separatismo en Kosovo y los bombardeos de la OTAN contra Serbia durante la guerra de Kosovo.

Los contactos diplomáticos fueron restablecidos en 2001 pero un reciente sondeo muestra que los serbios siguen teniendo una mala imagen de Albania, principalmente por la cuestión kosovar.

Esas encuestas también señalan un enorme desconocimiento mutuo. Un 97 % de los serbios nunca ha estado en Albania, aunque muchos de ellos consideran que es posible la convivencia y la reconciliación entre los dos países.

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