El Príncipe vive su día más "especial"

  • El Príncipe de Asturias ha vivido hoy un día muy "especial", según confesión propia, al presidir por vez primera el desfile militar del 12 de octubre, en ausencia de su padre, y al dirigirse, también por vez primera, a los invitados a la recepción del Palacio Real con motivo de la Fiesta Nacional.

Antonio del Rey

Madrid, 12 oct.- El Príncipe de Asturias ha vivido hoy un día muy "especial", según confesión propia, al presidir por vez primera el desfile militar del 12 de octubre, en ausencia de su padre, y al dirigirse, también por vez primera, a los invitados a la recepción del Palacio Real con motivo de la Fiesta Nacional.

Por encargo del Monarca, convaleciente de su última operación de cadera, don Felipe ha lanzado un rotundo mensaje institucional que ha calado hondo, a tenor de los comentarios luego escuchados en las conversaciones desparramadas bajo los techos palaciegos del comedor de gala.

"Dentro de la normalidad, hay que estar donde hay que estar", ha manifestado después el Príncipe a los periodistas con los que ha cruzado más tarde unas breves palabras, acompañado de la princesa de Asturias, preocupada por saludar a todos y cada uno de los asistentes a la recepción, a quienes no pasó desapercibido que doña Letizia no bebiera de la copa en el momento del brindis.

Como era previsible, muchos comentarios se han dedicado a la ausencia del jefe del Estado, quien siguió el desfile de la plaza de Neptuno por televisión, así como a la alocución del Príncipe, culminada con un brindis colectivo "por el Rey y por España" y una ovación de los presentes.

Más allá de los detalles sobre la nueva perspectiva del Rey a la hora de vivir una Fiesta Nacional, muchos han preguntado a los miembros de la Familia Real por la salud del Rey, recibiendo parecidas respuestas.

La Reina ha dicho a los periodistas que don Juan Carlos está dedicado plenamente a su recuperación ante su próxima intervención quirúrgica y ha apostillado que en esta ocasión se lo está tomando "con calma".

"Mala suerte, el pobre", lamentaba la infanta Elena sobre la infección en la prótesis de cadera que había llevado de nuevo a su padre al hospital.

Ayer estuvo con él en el Palacio de la Zarzuela y el Monarca le confesó que esperaba que la próxima operación para colocarle la prótesis definitiva sea ya la última.

Doña Elena ha vuelto este año a ocupar un puesto en la llamada "línea de saludos", que en ausencia del Rey ha encabezado la Reina, seguida de los príncipes, en la Saleta Gasparini.

Al hablar con los periodistas, no se ha referido la infanta a esta novedad, después de que el año pasado tuviera que esperar, junto a los demás invitados, la conclusión de los saludos a las principales autoridades institucionales.

Pero sí ha dejado claro que había visto "muy bien" por televisión a su hermano, el Príncipe de Asturias, en el desfile previo de la plaza de Neptuno, haciendo notar que se trataba de la primera vez que al Heredero le correspondía un honor semejante.

Mientras la Reina, los Príncipes y la infanta conversaban en grupos separados, otros "corrillos" podían tener como protagonista al mismo jefe del Gobierno, a algún ministro o presidente autonómico o a representantes de las máximas instituciones del Estado.

Nueva en estas lides, la presidenta andaluza, Susana Díaz, ha escurrido el bulto ante los periodistas excusándose con un "voy con Alfredo que no quiero dejarle solo"; Alfredo era Pérez Rubalcaba, muy parco con la prensa y al que el protocolo colocó en los saludos, como jefe de la oposición, junto al expresidente José María Aznar.

El líder socialista ha recurrido a su conocido madridismo para esquivar malentendidos y ha reafirmado que con Aznar sólo había hablado de fútbol.

El expresidente, por cierto, no había vuelto a esta recepción desde que era jefe del Ejecutivo, de manera que su presencia no pasó inadvertida, en compañía de su esposa, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, también con puesto propio en la línea de saludos.

De esta manera, la celebración de la Fiesta Nacional ha tenido un gran ausente, el Rey, y un reconocido protagonista, el Príncipe, a quien su madre ha visto hoy por la tele, en el desfile, "muy guapo", según recalcaba, bien sonriente, a la prensa.

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