El PSOE contraprograma a Iglesias y reúne al doble de gente en el debut de Gabilondo

    • Pablo Iglesias, es cierto, fue recibido en el teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes por 500 personas al grito de presidente, presidente y hubo colas de un número similar de gente que se quedó fuera.
    • Más moderado, Gabilondo fue ovacionado por más de mil personas y ¡qué casualidad" Sánchez también fue recibido al grito de presidente.

"Gracias, Angel, como socialista, porque vas a ser un excelente candidato, gracias, como madrileño, porque vas a ser un gran candidato, y gracias como ciudadano por dar la cara en un momento de desconfianza hacia la política. No se le ocurre "nadie mejor" que Gabilondo para liderar "el cambio en conocimiento cultural y reivindicación en Madrid", dijo Sánchez.

El PSOE, no se sabe si con intención o no, contraprogramó a Pablo Iglesias en su debate. Gabilondo fue recibido con el cariño y el calor de saber que enfrente hay alguien solvente y culto. Otra cosa es que se convierta en un killer del mitin. Cuesta creerlo. Deberá intentar también que todo el mundo lo entienda... el debate está tan bajo de nivel que le puede costar. Acabó citando al Quijote.

Pablo también tenía una cita para dar réplica a Rajoy. No vio el debate en directo, pero se agarró también a las cifras para decir... que todo va mal. Lo mismo que hizo ayer Rajoy para decir que todo va mejor. Tan distintos y tan iguales al final. Lo cierto es que Pablo ha despertado la ilusión de muchos. Fue recibido al grito de presidente, presidente. Es un fenómeno mediático claro, porque entre el público había tanto señoras con abrigo como jóvenes. Fans.

Las colas a las puertas del Bellas Artes demuestran dos cosas. Una, indiscutible, que Pablo tiene tirón. Otra, que sabe elegir los espacios para que las butacas libres sean una anécdota. La tercera es que Pablo está crecido: ahí es nada pedir un cara a cara con Rajoy en televisión... el medio que tanto le gusta a Pablo y tanto irrita a Rajoy.

Volvamos a Gabilondo. Le presentaron también, y tampoco parece casualidad, como el hombre del cambio en Madrid. Sánchez agradeció al exministro de Educación que haya accedido a liderar la candidatura socialista, después de la suspensión de los órganos de dirección del PSM y de Tomás Gómez como candidato.
Como socialista, como madrileño y como ciudadano, Sánchez dio las "gracias" a Gabilondo por convertirse en un "excelente candidato", que va a ser un "excelente" presidente y, por el paso de "dar la cara en un momento de desconfianza hacia la política" en un "momento en el que es "fácil ponerse de perfil", dijo.
En esta línea, Sánchez le dio las gracias por "apostar" por la política "abierta y limpia" y "compartir las convicciones socialistas" y por sumarse a este "PSOE que te quiere y te apoya", agregó. Muchas gracias y mucha limpieza, de la que Rajoy, según Sánchez carece.

Gabilondo tomó la palabra y dijo algo que parece obvio, pero pocos reconocen: "No tengo miedo a perder pero tenemos la obligación de ganar". “Mucha gente me ha agradecido mi valentía. No sé si mi gesto es intrépido, osado o insensato. Pero quiero decirles que yo no soy especialmente valiente”. Gabilondo dejaron claras sus ideas: “Queremos el poder no solo para hacer. Estamos dispuestos y decimos sí. No es un sí indeferenciado. Sí a las políticas públicas, a las instituciones justas, al compromiso con los deberes cívicos. No se trata de reivindicar a las instituciones, sino que sean justas, que generen capacidad y credibilidad”.

Ángel Gabilondo, aseguró que uno de los valores que debe conducir al PSOE a recuperar el Gobierno autonómico es actuar teniendo claro que “no es la sociedad para el partido, sino el partido para la sociedad”. Gabilondo miró al PSOE a los ojos y dijo: “estamos convencidos de lo que somos, sino para construir una mayoría”, lo que, a su juicio, pasa por “no marginar ni desconsiderar a nadie”.
Por ello, citó al filósofo alemán del siglo XVIII Immanuel Kant como el modelo que ha de seguir todo buen gobernante: “La honradez es la mejor política”.

Gabilondo dejó claro que “ser independiente no es ser indiferente” (en relación con el hecho de no ser militante socialista), por lo que aseguró que propondrá soluciones “solventes, realistas, viables, capaces de solventar los problemas de la sociedad”. Gabilondo se atrevió a acabar con un vale recordando al Quijote. Kant y Cervantes, demasiado para el primer día.

Iglesias por su parte, volvió a hablar de aumentos de impuestos para los ricos, los mismos con los que se reunía por la mañana para decir: no me tengáis miedo. Veremos. Las que sí aplaudían era toda esa gente que ve derechos perdidos, que ve a sus hijos con menos salidas y que cree que la cosa no puede ir a peor. Gabilondo no denigró a nadie ni echó nada a nadie en cara. Es un paso. Para ganarse una ovación no necesitó hablar en plan catástrofe, ni ser triunfalista. La pregunta es: ¿quién resulta más nuevo, Gabilondo o Pablo?



Mostrar comentarios