El rey recibió a líderes iberoamericanos en el Oratorio de San Felipe Neri

Cádiz, 16 nov.- El rey ha recibido hoy a los líderes participantes en Cádiz en la XXII Cumbre Iberoamericana en el Oratorio de San Felipe Neri, cuna de la Constitución española de 1812.

Esta ha sido la primera cita conjunta de los jefes de Estado y de Gobierno que asistan a la cumbre de la capital gaditana, y don Juan Carlos, la reina, los príncipes y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, han saludado a todos los mandatarios.

Rajoy ha acudido acompañado de su esposa, Elvira Fernández, y en el oratorio le esperaban ya el presidente de Andalucía, José Antonio Griñán; la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, y el presidente del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Benigno Pendás.

Todos ellos han estado departiendo de forma distendida y comentando detalles del edificio en el nació la Constitución conocida como "la Pepa" hasta que ha llegado el rey, quien lo ha hecho apoyado en dos muletas.

Los miembros de la Familia Real presentes en Cádiz, junto a los príncipes, Rajoy y su esposa, Griñán, Martinez, Pendás y el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, han formado una línea de saludo por la que han ido pasando los líderes iberoamericanos

A renglón seguido, han tomado asiento para escuchar las explicaciones del presidente del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales sobre la historia del Oratorio de San Felipe Neri y de Cádiz y los avatares por los que pasaron las Cortes que alumbraron la Constitución de 1812.

Antes de acudir al Teatro Manuel de Falla para presidir la ceremonia de inauguración de la cumbre, acompañado también por la reina y los príncipes, el rey ha recibido de manos de la alcaldesa uno de los 23 ejemplares de la Constitución de Cádiz correspondientes a una edición especial en facsímil encargada por el Ayuntamiento como obsequio para los líderes iberoamericanos.

El volumen, encuadernado en piel granate con motivos dorados y con el escudo monárquico estampado en su tapa, ha sido editado por el taller de artesanos Hermanos Galván, una empresa familiar gaditana con casi setenta años de experiencia.