El senado estrena la habilitación del mes de enero para celebrar plenos

El Senado celebra hoy y mañana el primer Pleno extraordinario desde que se habilitaron con carácter estable para tal fin los meses de enero y julio y de acuerdo con la convocatoria aprobada por la Diputación Permanente de la Cámara Alta el pasado día 11.
La sesión plenaria será de carácter extraordinario, pero su orden del día ordinario, lo que la convierte en la primera de estas características de la historia de la democracia que se celebra en el mes de enero.
En el orden del día hay previstas 20 preguntas de control al Gobierno, cuatro interpelaciones, tres mociones y otras tres mociones consecuencia de interpelación, entre otros puntos. También será el primer Pleno en el que los senadores podrán emplear las lenguas cooficiales del Estado.
Aunque el artículo 73 de la Constitución establece que el período de sesiones para ambas cámaras comprende desde septiembre a diciembre y desde febrero a junio, el año pasado se suscitó una polémica mediática que ponía en tela de juicio la extensión de las vacaciones parlamentarias y terminó aconsejando la habilitación de los meses de enero y julio para celebrar plenos extraordinarios programados de antemano.
Así, el 10 de marzo de 2010 la Junta de Portavoces del Senado asumió un informe de los servicios jurídicos de la cámara favorable a la opción de convocar plenos extraordinarios de contenido ordinario en los meses de enero y julio. Para evitar tener que reformar la Constitución, el informe recomendaba que la Junta de Portavoces y la Mesa de la Cámara, reunidas a petición del presidente del Senado, elaboraran un orden del día determinado y lo sometieran a la Diputación Permanente, que solicitaría la convocatoria del Pleno al presidente.
El 24 de marzo, los grupos del Congreso de los Diputados acordaron lo mismo para la Cámara Baja, en un acuerdo que calificaron de "político" y que por tanto no conllevaría una modificación del Reglamento de la misma.
Tanto el presidente del Congreso, José Bono, como el del Senado, Javier Rojo, rompieron entonces una lanza por la cuestionada laboriosidad de los parlamentarios, si bien admitieron que el peligro de que cundiera en la población una imagen de ociosidad aconsejaba la habilitación de enero y julio.