El teniente expedientado por una novela sobre corrupción militar lleva 20 días en huelga de hambre en el Gómez Ulla

    • Segura comenzó su huelga de hambre día antes de comenzar a cumplir el arresto que se le impuso como sanción del expediente que se le había abierto por sus declaraciones.
    • La milicia es el único lugar en el que un español puede ser privado de libertad sin juez ni juicio y, peor aún, sin que la sanción sea firme.

El teniente del Ejército de TierraLuis Gonzalo Segura lleva ya 20 días en huelga de hambre en el hospital militar Gómez Ulla mientras cumple los dos meses de arresto como sanción por las acusaciones sobre presuntas corruptelas en las Fuerzas Armadas que ha vertido en las presentaciones públicas de su novela Un paso al frente.

Segura comenzó su huelga de hambre un día antes de comenzar a cumplir el arresto que se le impuso como sanción del expediente que se le había abierto por sus declaraciones, en las que habla de "abusos, privilegios y corruptelas de la casta militar dominante" que se sostienen por la "ley del silencio". También se le ha condenado a pérdida de destino en la unidad donde servía actualmente en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón.

El teniente debía cumplir su arresto en el centro disciplinario militar de Colmenar Viejo (Madrid), pero en los primeros días fue trasladado al Hospital Militar Gómez Ulla para que pueda ser controlado en todo momento debido a su intención de continuar con la huelga de hambre, alimentándose sólo a base de líquidos.Ha perdido de diez kilos

En todo este tiempo, Segura ha ido publicando cada día comentarios en las redes sociales Facebook y Twitter acerca de su estado y evolución. Según asegura, ha perdido ya más de diez kilos y en ocasiones tiene "fallos de memoria".

Además del expediente disciplinario, el teniente se enfrenta a un expediente gubernativo que se le abrió por una carta al ministro de Defensa que incluye en su libro y por la que se le acusa de vulnerar el código disciplinario militar en lo referente a"realizar actos gravemente contrarios a la disciplina, servicio o dignidad militar que no constituyan delito".

Es el propio Ministerio de Defensa el que deberá resolver este expediente gubernativo, que podría acarrear a Segura su expulsión definitiva de las Fuerzas Armadas."Sospechas o desconocimiento"

Según ha contado el teniente en sus comparecencias públicas, todo lo que expone en su novela lo había denunciado previamente ante la Justicia militar, pero las querellas fueron archivadas. Según el Ejército, dichas denuncias se basaban en "meras sospechas o rumores" o "simple desconocimiento", de modo que se considera justificada la sanción de arresto de dos meses porque se entiende que las acusaciones de Segura en las presentaciones de su novela serían "falsas".

De hecho, la Sala de Justicia del Tribunal Militar Central número 1 archivó las denuncias alegando que donde el teniente pretendía "ver irregularidades", las actividades estaban "justificadas por los órganos administrativos de control y ejecución de la contratación y el gasto".

El Ministerio de Defensa ha optado por mantenerse cauto sobre este asunto y no hacer muchas valoraciones, si bien el mismo fin de semana en que Segura comenzó a cumplir su sanción aclaró que las faltas que el teniente había cometido son "graves" y están "penadas" con la privación de libertad.

Además, el departamento que dirige Pedro Morenés insistió en que el oficial, como todo militar profesional, está sometido a las Reales Ordenanzas y a la Ley Orgánica de Derechos y Deberes de los miembros de la Fuerzas Armadas, que en su artículo 11 marca los límites de la libertad de expresión de los militares.Carta abierta del teniente

"Una huelga de hambre es una medida extrema que cualquiera de nosotros asociamos a otros tiempos, otros regímenes u otras regiones. Por ello, que en Europa, en el siglo XXI, un militar se declare en huelga de hambre (20 días hoy), debe, necesariamente, invitar a la reflexión: ¿qué está sucediendo en el oscuro y hermético mundo militar?

En la sociedad actual existe una desazón generalizada que cada día se transforma en indignación, lo que se debe en gran medida a la impunidad de unos pocos y al intento de amordazamiento de muchos.

Tales sensaciones que experimentan los ciudadanos a diario son mucho más intensas en el mundo militar por el hermetismo y la "ley del silencio" que imperan, un mundo que da cobijo a abusos, privilegios, corruptelas, precariedad laboral, indefensión jurídica o arbitrariedad.

La milicia es el único lugar en el que un español puede ser privado de libertad sin juez ni juicio y, peor aún, sin que la sanción sea firme. Para ello, España firma una reserva al TEDH que es lo mismo que admitir que a los militares no les aplica los Derechos Humanos reconocidos a todos los europeos. Las Fuerzas Armadas cuentan en su haber una innumerable lista de infamias, como que una jueza militar haya tenido que ser amparada por el CGPJ ante la infausta persecución que sufría o que una capitán decida abandonar la profesión que más amaba en su vida porque tuvo la "desgracia" de ganar un juicio a un coronel por acoso sexual y desde entonces el peso de la institución, rencorosa, ha convertido su vida en una pesadilla.

Esta atroz panorámica se completa con soldados condenados a un año y medio de cárcel por robar un uniforme o a seis meses por llamar "franquista" a un coronel, mientras algunos teniente coroneles resultan absueltos por gastar 92,000 Euros en "adecentar"residencias con dinero ajeno o llamar "bastarda" a la constitución y renegar del Rey.

Los ciudadanos deben tomar partido en esta batalla que se libra por regenerar las Fuerzas Armadas y los medios de comunicación dar mayor relevancia a lo que acontece en este olvidado territorio. S.M. el Rey Felipe VI comenzó una senda de ejemplaridad en materia de transparencia -auditoría externa pública- que debe ser exigida a las Fuerzas Armadas por parte de todos los ciudadanos porque son ellos, más que nadie, los que pagan de su bolsillo campos de golf, piscinas climatizadas, viajes "low cost" o clubs y residencias militares. De la misma manera que serán a cuenta de sanidad o educación que tendremos que pagar los 29,000 millones de Euros de deuda del Ministerio, los desvaríos de más de uno y la absoluta ineficacia de unos órganos de control (justicia militar, Guardia Civil y auditorías) que deben ser independizados con urgencia.

Remitiéndome a March Bloch (La extraña derrota 1940), diré que: Pensé, como Pascal, que es un extraño celo aquel que se irrita contra quienes denuncian los errores públicos y no contra quienes los cometen.

Y a todo esto, hoy martes, estoy en el 20º día de huelga de hambre y en el 19º día de encierro."

"Una huelga de hambre es una medida extrema que cualquiera de nosotros asociamos a otros tiempos, otros regímenes u otras regiones. Por ello, que en Europa, en el siglo XXI, un militar se declare en huelga de hambre (20 días hoy), debe, necesariamente, invitar a la reflexión: ¿qué está sucediendo en el oscuro y hermético mundo militar?

En la sociedad actual existe una desazón generalizada que cada día se transforma en indignación, lo que se debe en gran medida a la impunidad de unos pocos y al intento de amordazamiento de muchos.

Tales sensaciones que experimentan los ciudadanos a diario son mucho más intensas en el mundo militar por el hermetismo y la "ley del silencio" que imperan, un mundo que da cobijo a abusos, privilegios, corruptelas, precariedad laboral, indefensión jurídica o arbitrariedad.

La milicia es el único lugar en el que un español puede ser privado de libertad sin juez ni juicio y, peor aún, sin que la sanción sea firme. Para ello, España firma una reserva al TEDH que es lo mismo que admitir que a los militares no les aplica los Derechos Humanos reconocidos a todos los europeos. Las Fuerzas Armadas cuentan en su haber una innumerable lista de infamias, como que una jueza militar haya tenido que ser amparada por el CGPJ ante la infausta persecución que sufría o que una capitán decida abandonar la profesión que más amaba en su vida porque tuvo la "desgracia" de ganar un juicio a un coronel por acoso sexual y desde entonces el peso de la institución, rencorosa, ha convertido su vida en una pesadilla.

Esta atroz panorámica se completa con soldados condenados a un año y medio de cárcel por robar un uniforme o a seis meses por llamar "franquista" a un coronel, mientras algunos teniente coroneles resultan absueltos por gastar 92,000 Euros en "adecentar"residencias con dinero ajeno o llamar "bastarda" a la constitución y renegar del Rey.

Los ciudadanos deben tomar partido en esta batalla que se libra por regenerar las Fuerzas Armadas y los medios de comunicación dar mayor relevancia a lo que acontece en este olvidado territorio. S.M. el Rey Felipe VI comenzó una senda de ejemplaridad en materia de transparencia -auditoría externa pública- que debe ser exigida a las Fuerzas Armadas por parte de todos los ciudadanos porque son ellos, más que nadie, los que pagan de su bolsillo campos de golf, piscinas climatizadas, viajes "low cost" o clubs y residencias militares. De la misma manera que serán a cuenta de sanidad o educación que tendremos que pagar los 29,000 millones de Euros de deuda del Ministerio, los desvaríos de más de uno y la absoluta ineficacia de unos órganos de control (justicia militar, Guardia Civil y auditorías) que deben ser independizados con urgencia.

Remitiéndome a March Bloch (La extraña derrota 1940), diré que: Pensé, como Pascal, que es un extraño celo aquel que se irrita contra quienes denuncian los errores públicos y no contra quienes los cometen.

Y a todo esto, hoy martes, estoy en el 20º día de huelga de hambre y en el 19º día de encierro."

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"Una huelga de hambre es una medida extrema que cualquiera de nosotros asociamos a otros tiempos, otros regímenes u otras regiones. Por ello, que en Europa, en el siglo XXI, un militar se declare en huelga de hambre (20 días hoy), debe, necesariamente, invitar a la reflexión: ¿qué está sucediendo en el oscuro y hermético mundo militar?

En la sociedad actual existe una desazón generalizada que cada día se transforma en indignación, lo que se debe en gran medida a la impunidad de unos pocos y al intento de amordazamiento de muchos.

Tales sensaciones que experimentan los ciudadanos a diario son mucho más intensas en el mundo militar por el hermetismo y la "ley del silencio" que imperan, un mundo que da cobijo a abusos, privilegios, corruptelas, precariedad laboral, indefensión jurídica o arbitrariedad.

La milicia es el único lugar en el que un español puede ser privado de libertad sin juez ni juicio y, peor aún, sin que la sanción sea firme. Para ello, España firma una reserva al TEDH que es lo mismo que admitir que a los militares no les aplica los Derechos Humanos reconocidos a todos los europeos. Las Fuerzas Armadas cuentan en su haber una innumerable lista de infamias, como que una jueza militar haya tenido que ser amparada por el CGPJ ante la infausta persecución que sufría o que una capitán decida abandonar la profesión que más amaba en su vida porque tuvo la "desgracia" de ganar un juicio a un coronel por acoso sexual y desde entonces el peso de la institución, rencorosa, ha convertido su vida en una pesadilla.

Esta atroz panorámica se completa con soldados condenados a un año y medio de cárcel por robar un uniforme o a seis meses por llamar "franquista" a un coronel, mientras algunos teniente coroneles resultan absueltos por gastar 92,000 Euros en "adecentar"residencias con dinero ajeno o llamar "bastarda" a la constitución y renegar del Rey.

Los ciudadanos deben tomar partido en esta batalla que se libra por regenerar las Fuerzas Armadas y los medios de comunicación dar mayor relevancia a lo que acontece en este olvidado territorio. S.M. el Rey Felipe VI comenzó una senda de ejemplaridad en materia de transparencia -auditoría externa pública- que debe ser exigida a las Fuerzas Armadas por parte de todos los ciudadanos porque son ellos, más que nadie, los que pagan de su bolsillo campos de golf, piscinas climatizadas, viajes "low cost" o clubs y residencias militares. De la misma manera que serán a cuenta de sanidad o educación que tendremos que pagar los 29,000 millones de Euros de deuda del Ministerio, los desvaríos de más de uno y la absoluta ineficacia de unos órganos de control (justicia militar, Guardia Civil y auditorías) que deben ser independizados con urgencia.

Remitiéndome a March Bloch (La extraña derrota 1940), diré que: Pensé, como Pascal, que es un extraño celo aquel que se irrita contra quienes denuncian los errores públicos y no contra quienes los cometen.

Y a todo esto, hoy martes, estoy en el 20º día de huelga de hambre y en el 19º día de encierro."

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