El Triángulo Norte es una de las zonas más violentas del planeta

  • El llamado Triángulo Norte del istmo centroamericano, formado por Honduras, El Salvador y Guatemala, es una de las zonas más violentas del planeta debido tanto al aumento del narcotráfico y la presencia de aliados de los carteles mexicanos, como a la debilidad de las instituciones estatales.

Luis Lidón

Viena, 27 sep.- El llamado Triángulo Norte del istmo centroamericano, formado por Honduras, El Salvador y Guatemala, es una de las zonas más violentas del planeta debido tanto al aumento del narcotráfico y la presencia de aliados de los carteles mexicanos, como a la debilidad de las instituciones estatales.

Esta es una conclusión del informe "Delincuencia Organizada Transnacional en Centroamérica y el Caribe", publicado hoy por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) y que sitúa a Honduras, con 92 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2011 como el país en tiempos de paz más peligroso del planeta.

En ese mismo año, en El Salvador se contabilizaron 69 homicidios por la misma tasa de población, el segundo país del mundo en ese registro, y en Guatemala ascendieron a 39, también en el pelotón de cabeza de los lugares con más homicidios.

Centroamérica se ha convertido en un puente entre los productores de cocaína en Suramérica y EEUU, el mayor consumidor, después de que México endureciese su política contra el narcotráfico y los carteles decidiesen buscar más al sur un espacio donde poder desarrollar sus negocios con mayor impunidad.

Facilitó las cosas la proliferación de armas de fuego ilegales, la existencia de una gran población joven desempleada y la propia debilidad de los Estados del Triángulo Norte, entre los más pobres de América con una renta per cápita de 2.700 dólares y donde impera "una corrupción generalizada", según la ONUDD.

"Entre 2000 y 2005, la cantidad de cocaína incautada en Centroamérica fue aproximadamente la misma que la cantidad incautada en México. En 2011, la cocaína incautada por Centroamérica fue 13 veces superior a la incautada por México", recalca el informe.

La cocaína que transita por la región mueve grandes cantidades de dinero y según la ONUDD supone el 14 % del PIB de Nicaragua, el 13 % del de Honduras y el 10 % del de Guatemala.

En el caso de Honduras, la inestabilidad política tras el golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya en 2009 también favoreció la penetración del crimen organizado y "disparó" la llegada de los cargamentos de cocaína, según la ONUDD.

Pero aún en caso de reducirse el flujo de cocaína, no necesariamente descendería la violencia, según el documento, ya que podría exacerbar la competencia entre los diferentes grupos criminales asentados en la región, como Los Zetas, que tratarían de compensar la caída de ingresos con otros delitos, como la extorsión, el secuestro, el tráfico de armas o la trata de personas.

Aunque el documento establece un vínculo entre el flujo de cocaína por Honduras y Guatemala y la violencia, ya que los territorios con más homicidios son aquellos en disputa por el crimen organizado, matiza que en El Salvador existen otros poderosos factores internos, como las disputas entre las "maras".

En esa línea, el documento constata una caída en el número de muertes violentas en El Salvador tras la tregua firmada en marzo por los cabecillas de las "mara" Salvatrucha y la Barrio 18, en un proceso de desmovilización que la ONUDD pone como ejemplo frente a las soluciones de mano dura.

Los expertos internacionales critican que en la región "la mayoría de los esfuerzos contra el crimen se han centrado en un enfoque cada vez más militarizado y represivo", que hasta ahora ha demostrado una "gran inefectividad".

Como contraposición, la ONUDD aboga por fortalecer la presencia del Estado, luchar contra la corrupción judicial, apoyar la labor policial frente al excesivo protagonismo del Ejército y tratar de poner en práctica estrategias innovadoras como el "proceso de paz" iniciado por las "maras" en El Salvador.

El documento recuerda el enorme daño económico que supone el clima de violencia e impunidad en el Triángulo Norte para la iniciativa empresarial y las inversiones.

Así, se estima que una reducción del 10 % de la tasa de homicidios podría impulsar un crecimiento del ingreso anual per cápita del 1 % en El Salvador y del 0,7 % en Guatemala y Honduras.

La ONUDD también señala que la lucha contra la violencia por medio de los presupuestos para la Policía y la Justicia supone un gasto del 2,66 % del PIB regional, lo que desvía fondos de otras medidas de desarrollo.

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