El Tribunal Supremo de Kenia valida la elección de Kenyatta como presidente

  • El Tribunal Supremo de Kenia validó hoy la victoria de Uhuru Kenyatta en las elecciones presidenciales del pasado 4 de marzo, al desestimar la impugnación presentada por el primer ministro y principal candidato derrotado, Raila Odinga.

Pedro Alonso

Nairobi, 30 mar.- El Tribunal Supremo de Kenia validó hoy la victoria de Uhuru Kenyatta en las elecciones presidenciales del pasado 4 de marzo, al desestimar la impugnación presentada por el primer ministro y principal candidato derrotado, Raila Odinga.

Kenyatta, imputado por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de lesa humanidad, obtuvo el 50,07 por ciento de los votos y logró la mayoría absoluta para ganar en primera ronda por unos escasos 8.000 votos.

Sin embargo, Odinga, que se adjudicó el 43,3 por ciento de los sufragios, interpuso un recurso contra el resultado electoral alegando irregularidades "masivas" cometidas durante los comicios, pero el Tribunal Supremo rechazó hoy la impugnación.

En la lectura del fallo, el presidente del Tribunal, Willy Mutunga, afirmó que los seis jueces de la corte alcanzaron una "decisión unánime" según la cual Kenyatta -hijo del primer presidente de Kenia, Jomo Kenyatta- fue elegido "de forma válida".

Además, las elecciones, elogiadas en su momento por los observadores internacionales, se desarrollaron "de manera libre y justa" y en cumplimiento de la Constitución, zanjó Mutunga.

El veredicto del tribunal, máxima instancia judicial del país, no admite apelación y allana el camino para que Kenyatta -viceprimer ministro antes de su triunfo en las urnas- sea investido como cuarto presidente de Kenia el próximo 9 de abril, día declarado festivo.

Poco después de divulgarse la sentencia, Odinga compareció en una rueda de prensa para anunciar que acata el dictamen de la corte.

"El tribunal ha hablado, aunque algunos de nosotros no estemos de acuerdo con la decisión", señaló el primer ministro, con semblante muy serio, al lamentar que el tribunal "desautorizara" las pruebas que avalaban su impugnación electoral.

"Espero -aseveró- que el Gobierno entrante tenga fidelidad a la Constitución por el bien de nuestro pueblo. En ese sentido, deseo lo mejor al presidente electo, Uhuru Kenyatta, y a su equipo".

"El futuro de Kenia -concluyó Odinga- es prometedor. Mantengámonos unidos como nación."

Como ya sucedió en las elecciones de diciembre de 2007, que desembocaron en una ola de violencia que causó unos 1.300 muertos, Odinga había rechazado nuevamente los resultados de los comicios del pasado marzo.

Sin embargo, el primer ministro aseguró esta vez que acudiría al sistema judicial y respetaría su decisión, en lugar de instar a la movilización de sus seguidores, como hizo en 2007.

Con motivo de la divulgación de la resolución judicial, que tenía en vilo al país desde hacía dos semanas, la Policía reforzó la seguridad en Nairobi y cortó las calles que conducen a la sede del Tribunal Supremo, en pleno centro de la capital.

El inspector general de la Policía, David Kimaiyo, ya advirtió este viernes de que no toleraría protestas ilegales en torno al tribunal, si bien numerosos jóvenes se congregaron en las cercanías de la corte, vigilados de cerca por las fuerzas de seguridad.

El primer ministro fracasó por segunda vez consecutiva en su intento de ocupar la presidencia, ya que en las polémicas elecciones de diciembre de 2007 tampoco vio colmado su deseo.

Entonces, el actual presidente saliente, Mwai Kibaki, venció por un puñado de votos, aunque Odinga le acusó de fraude y sus seguidores -muchos de la tribu lúo, como él- provocaron una ola de violencia replicada por partidarios de Kibaki, de la tribu kikuyu.

Más de un lustro después, Kenyatta -también kikuyu- triunfó en las urnas pese a estar acusado por la CPI de instigar crímenes contra la humanidad presuntamente cometidos durante la violencia postelectoral de finales de 2007 y principios de 2008.

El tribunal ha fijado para el próximo 9 de julio la fecha provisional de apertura del juicio contra Kenyatta, cuyo "número dos", el exministro William Ruto, también debe responder por los mismos cargos ante la CPI.

Antes de los comicios, diplomáticos de potencias occidentales como la Unión Europea, Reino Unido, Francia o EEUU dejaron entrever que Kenia podría afrontar "consecuencias" y que mantendrían un "contacto mínimo" con un Gobierno encabezado por Kenyatta.

Kenia se convierte, pues, en el primer país que elige como jefe de Estado a un candidato procesado por la CPI y en el segundo país, después de Sudán (con Omar al Bachir), dirigido por un presidente en activo que afronta un juicio de esa corte con sede en La Haya.

Más de 14 millones de kenianos fueron convocados el 4 de marzo a votar para elegir a su presidente y a los diputados, senadores, gobernantes y representantes locales para los próximos cinco años.

Pese al temor a una repetición de la violencia postelectoral de 2007-2008, los comicios transcurrieron en paz y registraron una participación del 86 por ciento, la más alta en la historia de Kenia.

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