Elecciones 25M: Javier Fernández, el socialismo en esencia

El pasado mes de mayo, Javier Fernández consiguió algo que parecía misión imposible: ser la lista más votada en las elecciones municipales y autonómicas. Imposible porque pesaba mucho la herencia dejada por José Luis Rodríguez Zapatero, los 12 años de gobierno del socialista Vicente Álvarez Areces y sobre todo la crisis y la irrupción de Francisco Álvarez Cascos en el panorama político asturiano.

Fernández -al igual que Cascos- se presentaba por primera vez a la Presidencia del Principado, pero parecía que la novedad solo era el candidato de Foro Asturias. Ahora ha sabido hacerse su sitio. Este domingo se verá si su estrategia basada en un equipo renovado y un discurso más regeneracionista funciona.

Cuando en el año 2000 Fernández se hizo con la Secretaría General, el PSOE asturiano era un hervidero de batallas internas. Este hijo de socialistas convencidos logró imponer la paz. Para él, cuentan quienes le conocen, el partido es sagrado y la unidad del mismo más todavía. Quizás eso explique que hasta la marcha de Álvarez Areces no haya dado el salto para ser candidato.

Y es que entre ambos siempre ha existido buena relación. Se dividían los papeles: uno como presidente del Principado. Y el otro como secretario general del partido. Fernández fue número dos en las elecciones autonómicas de 2007, después de Areces.

Sus orígenes

"La familia de mi madre era una familia de mineros. La de mi padre, de siderúrgicos", recuerda él mismo en la biografía que su partido tiene colgada en internet. Esto explica que optara por Ingenería de Minas en la Escuela Técnica Superior de Oviedo y después por la Diplomatura en Calidad Ambiental.

Es en 1985, con 37 años, cuando se afilia al PSOE después de haber conseguido plaza como ingeniero de minas en el Ministerio de Industria. Años después pedirá el traslado a su tierra natal.

Trayectoria política

Javier Fernández ha ido fraguando su carrera política poco a poco: en 1996 fue elegido diputado por Asturias, donde se convirtió en amigo de José Luis Rodríguez Zapatero. Tres años después Areces le nombró consejero de Industria. Después, pasó a ser senador.

Javier Fernández se juega mucho el domingo. Si gana -aunque no llegue a gobernar- su proyecto político tendrá aún mucho recorrido. Pero si pierde, a diferencia de las elecciones de mayo, la derrota le pasará una factura personal. Entonces no fue él el perdedor, sino el PSOE (por la crisis, por Zapatero etc). Esta vez se la juega solo él.