Elogios y críticas a iniciativa de Obama para combatir la trata de personas

  • La orden ejecutiva emitida hoy por el presidente de EE.UU., Barack Obama, que prohíbe que los contratistas del Gobierno federal participen en la trata de personas, generó de inmediato elogios y críticas dentro y fuera del Congreso.

Washington, 25 sep.- La orden ejecutiva emitida hoy por el presidente de EE.UU., Barack Obama, que prohíbe que los contratistas del Gobierno federal participen en la trata de personas, generó de inmediato elogios y críticas dentro y fuera del Congreso.

La orden, que ofrece más protecciones a los trabajadores con contratos federales en misiones diplomáticas y militares, establece nuevos requisitos para que los contratistas y subcontratistas estadounidenses en el exterior eviten el tráfico de personas.

La medida coincidió con el 150 aniversario de la Proclamación de la Emancipación, que abolió la esclavitud en Estados Unidos, y suscitó elogios de la mayoría de grupos cívicos y críticas de legisladores republicanos y grupos conservadores, por su presunto oportunismo.

Devon Chaffee, abogado de la Unión de Libertades Civiles de EE.UU. (ACLU), dijo en un comunicado que la iniciativa "es un gran paso hacia adelante en la lucha contra el tráfico de personas" que no debe tener cabida en proyectos financiados por el Gobierno federal.

En países como Nepal, India y las Filipinas, miles de hombres y mujeres, en particular en aldeas pobres, son contratados tras el pago de "sumas exorbitantes" y "se les miente sobre a qué países serán trasladados y cuánto recibirán de sueldo", señaló Chaffee.

"Muchos no tienen más remedio que vivir y trabajar en condiciones poco seguras e inaceptables, en calidad de guardias de seguridad, cocineros, empleados de limpieza y de construcción en bases militares de EE.UU. y en embajadas en Afganistán e Irak", agregó.

Otros grupos prominentes, como el Comité Estadounidense para Refugiados e Inmigrantes, la asociación de Abogados Estadounidenses, el Centro para Niños Desaparecidos y Explotados y el grupo de sobrevivientes FAIR Girls, aplaudieron la medida de Obama al considerar que ésta es clave para proteger a las víctimas, en particular a niños y jóvenes.

Los senadores demócratas Patrick Leahy y John Kerry, que presiden los comités Judicial y de Relaciones Exteriores del Senado, respectivamente, también elogiaron en sendos comunicados los pasos de la Administración Obama contra esta "práctica aborrecible".

Leahy aprovechó la ocasión para instar al Congreso a que apruebe cuanto antes la cuarta prórroga de una ley federal que precisamente busca aumentar las protecciones para las víctimas de la trata de personas.

Pero el legislador republicano de California, Darrell Issa, que preside el Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes, consideró que Obama debería demostrar "liderazgo" para poner en marcha "verdaderos cambios en el código penal".

Según Issa, aunque la medida de Obama incorpora varios de los elementos de una ley aprobada recientemente por la Cámara baja, "no incluye la parte más importante: expandir el código penal de manera que abarque el trabajo forzado de extranjeros en obras fuera de Estados Unidos, y el combate" a los contratistas.

"Me preocupa que el anuncio de hoy sólo añadirá otra política sin ejecución a la lista. Si va a encontrar tiempo para acudir ante las cámaras y la comunidad internacional para anunciar algo a medias, el presidente Obama le debe a las víctimas del tráfico de personas que se comprometa personalmente en un esfuerzo legislativo para hacer cambios reales a los estatutos criminales federales", argumentó.

Obama anunció la medida durante un discurso ante la Iniciativa Global Clinton en Nueva York, en el que afirmó que el tráfico de humanos es una especie de "esclavitud moderna" que "no tiene cabida en el mundo civilizado".

El tráfico de personas atrapa en sus redes a más de 20 millones de personas en todo el mundo y, según los activistas, representa una industria global de unos 32.000 millones de dólares.

Se calcula que, cada año, unas 17.500 personas son víctimas de la trata de personas tan sólo en Estados Unidos, según las autoridades.

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