En Ginebra, gobierno y oposición de Siria dialogan con la ONU pero no entre ellos

  • A regañadientes y con mucha desconfianza, el gobierno de Damasco y la oposición siria se disponen a darle una oportunidad a la diplomacia, y dialogarán este lunes con la ONU, que busca una salida a casi cinco años de guerra civil.

Los enemigos sirios están todavía lejos de hablar cara a cara. Sin embargo, han aceptado ser recibidos de manera formal por el emisario de la ONU, Staffan de Mistura, en el Palacio de Naciones Unidas de Ginebra.

La delegación del régimen será recibida a las 10H00 GMT. El Alto Comité de Negociaciones (ACN), una amplia coalición de opositores políticos y representantes de grupos armados, hablará con el emisario de la ONU por la tarde, a las 16H00 GMT.

Staffan de Mistura quiere poner en marcha un diálogo indirecto entre ambas partes, con diplomáticos que llevarán mensajes de un bando a otro. Este proceso podría durar hasta seis meses, el plazo fijado por la ONU para acordar una autoridad de transición, que organizaría elecciones a mitad de 2017.

Las negociaciones, iniciadas el viernes entre la ONU y el gobierno de Bashar al Asad, no han despegado realmente, y el proceso sigue bajo la amenaza de fracasar antes incluso de haber empezado, ya que la oposición reclama medidas humanitarias que el régimen no termina de conceder.

Por el contrario, los combates, los bombardeos, los atentados y la hambruna siguen siendo la realidad diaria de los sirios. El domingo, al menos 70 personas murieron en un ataque antichiita cerca de Damasco, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico.

"Seamos realistas. Venimos de muy lejos, y tenemos aquí a gente que no se ha hablado desde hace dos años (cuando las primeras conversaciones entre las partes en 2014). En estos dos años los horrores han continuado, y la situación ha empeorado", resume un diplomático occidental.

La comunidad internacional trata de buscar una salida negociada a la guerra siria, que desde marzo de 2011 ha causado más de 260.000 muertos y obligado a huir a millones de personas.

La delegación del ACN está conducida por el general Mohamed Alush, miembro del buró político del grupo armado rebelde Jaish al Islam (ejército del islam, en árabe). El gobierno de Damasco considera como "terrorista" a este movimiento de inspiración salafista.

"El terrorista es Bashar al Asad", replicó Alush el domingo, contactado por teléfono por la AFP.

"No entiendo por qué el régimen sigue sometiendo al hambre a mujeres y niños", dijo el domingo uno de los portavoces de la delegación opositora, Riad Nasan Agha, refiréndose a la ciudad asediada de Madaya, donde 43 personas murieron de hambre desde el 1 de diciembre, según Médicos Sin Fronteras (MSF).

El régimen de Al Asad mete en el mismo saco a los yihadistas del EI y a los rebeldes "moderados", a los que ve igualmente como "terroristas". El jefe de la delegación gubernamental, Bashar al Jaafari, acusó al ACN de no ser "ni serio ni creíble".

Pese a la distancia entre ambos bandos, De Mistura se mostró "optimista y determinado" para proseguir con los contactos. "Es una ocasión histórica que no debemos dejar pasar", dijo.

bur-chp/avl.zm

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