En la hora de la siesta y las telenovelas se puso en marcha el reloj

    • Salvo los enganchados a Acacias 38, El Secreto de Puente Viejo o cualquiera de las otras series, unos están trabajando y otros sesteando.
    • Una mala hora para dirigirse a los que están ocupados en sus labores y menos aún a los demás.
Sánchez no menciona la supresión de las diputaciones tras la polémica en las filas del PSOE
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Patxi López, el Presidente del Congreso, fijó el discurso de investidura en la hora de la siesta. Nunca un discurso de investidura ha podido competir con una buena película y todo el mundo sabe que, en el momento que se hizo, las televisiones tienen telenovelas. Así que, salvo los enganchados a Acacias 38, El Secreto de Puente Viejo o cualquiera de las otras series, unos están trabajando y otros sesteando. Una mala hora para dirigirse a los que están ocupados en sus labores y menos aún a los demás.

En resumen un discurso que sólo han escuchados unos pocos militantes, tertulianos, politólogos o expertos. Los demás los tendrán a través de los medios de comunicación, trufados de las opiniones de los diferentes partidos que han estado opinando en contra a lo largo de toda la tarde.

En conclusión, ha sido un discurso para consumo de los militantes socialistas. Un discurso que buscó la consolidación de Pedro Sánchez como Secretario General y candidato a las elecciones próximas si las hay. Por eso no ha sido casualidad que en la bancada socialista se repitieran mecánicamente los aplausos como en los shows televisivos cuando los directores del programa lo indican.

También ha sido un discurso dirigido a los posibles aliados en el futuro por si se pudiera obtener una coalición de Gobierno diferente a la de PSOE-Ciudadanos. O, quizás, construir una mayoría diferente.

Ya lo dijo el propio Pedro Sánchez, pidió el voto para el viernes, el miércoles ya lo dio por perdido. Pero, es más, los emplazó a todos los partidos que llamó del cambio (izquierda) a seguir negociando más allá de esta semana. Lo mismo que han dicho muchos de los representantes de Podemos o sus aliados como Compromis o Las Mareas.

En eso tenía razón el candidato, lo que se ha hecho el 1 de marzo de 2015, a la hora de la siesta y las telenovelas, es poner en marcha el reloj para que se empiece a negociar de verdad.

Como pasó en Cataluña sólo cuando el tiempo apremia se llega a acuerdos. Será en el último momento y no antes, cuando casi no haya tiempo, cuando se cierre una negociación. El tiempo del diálogo ha comenzado. Aunque esta vez, por fin, tiene un plazo marcado: los dos meses que marca la Constitución a partir de la primera votación.

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