Erdogan es el gran favorito en las presidenciales turcas de este domingo

  • El primer ministro turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, es el gran favorito este domingo en las primeras elecciones presidenciales directas del país eurasiático, en las que se enfrenta a un académico poco conocido y a una joven promesa política kurda.

Dogan Tiliç

Ankara, 6 ago.- El primer ministro turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, es el gran favorito este domingo en las primeras elecciones presidenciales directas del país eurasiático, en las que se enfrenta a un académico poco conocido y a una joven promesa política kurda.

El veterano académico Ekmeleddin Ihsanoglu, de 70 años, y el activista kurdo Selahattin Demirtas, de 41 años, competirán por llegar a la segunda vuelta, en caso de haberla.

Pero el primer ministro aspira a hacerse con la Presidencia ya en la primera vuelta, para lo que necesita más del 50 por ciento de los votos, algo que no está fuera del alcance.

El postulante menos conocido es Ihsanoglu, sin afiliación política y sólo recordado por haber dirigido la Organización para la Cooperación Islámica.

Su candidatura es respaldada por las dos principales formaciones opositoras, el socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP) y el derechista Movimiento de Acción Nacionalista (MHP).

Demirtas, un abogado y activista por los derechos humanos, es el candidato de las formaciones izquierdistas kurdas, que considerarían un triunfo lograr un 12 por ciento de los apoyos.

Unos 53 millones de personas están llamadas a votar, mientras que 2,8 millones de turcos que viven en el exterior ya pudieron ejercer ese derecho entre el 31 de julio y el 3 de agosto.

La oposición ha solicitado a sus seguidores durante la campaña que acudan a las urnas dado que se estima que una baja participación favorece a Erdogan.

Sin embargo, el CHP tiene problemas para movilizar a sus bases de centroizquierda por el perfil de Ihsanoglu, un islamista moderado que muchos consideran una "copia amable" del primer ministro.

Los dos partidos laicos han apostado por una figura que encaje con los valores tradicionalistas que atraen a los seguidores del gobernante partido de Justicia y Desarrollo (AKP), pero el precio parece ser una desmovilización de sus propios electores.

Las propuestas de mayor calado en la campaña electoral han sido sobre la propia naturaleza de la Presidencia, un cargo más bien ceremonial, que Erdogan promete modificar para ampliar sus poderes, mientras sus rivales prometen mantenerlo como está hasta ahora.

El primer ministro "sueña con convertir su presidencia en un sistema presidencial de facto, y si es posible, en un sistema presidencial legal al cambiar la Constitución", asegura el politólogo Baskin Oran.

Las encuestas sitúan a Erdogan como claro favorito, con apoyos por encima del 40 por ciento -las encuestas del propio AKP le dan entre un 52 y 56 por ciento en la primer vuelta- aunque su figura es también muy polarizadora. O se le admira o se le aborrece.

Su posible salto a la Presidencia puede dejar, además, a su partido huérfano de un líder sólido en el Gobierno, cuando en 2015 debería de obtener una amplia victoria electoral si quiere modificar la Constitución y dar más poder así a la jefatura de Estado.

El analista Baskin Oran explica a Efe que "el presidente goza de una gran inmunidad", y Erdogan "aspira a disfrutarla porque puede ser juzgado por corrupción".

Erdogan se ha enfrentado en los últimos meses a la peor crisis de su Gobierno por las acusaciones de corrupción contra él y su círculo político y familiar más íntimo, en una intrincada trama que apunta al supuesto cobro de comisiones y blanqueo de dinero.

Tras la primera operación policial, el gobierno reasignó a miles de agentes y fiscales, y aumentó los controles sobre Internet y el poder judicial, para luchar contra lo que define como un "Estado paralelo" que quiere derrocar al Ejecutivo.

La oposición ve en estas acciones un intento de entorpecer las investigaciones y teme que una nueva victoria electoral concentre más el poder en sus manos.

Los estatutos del AKP no permiten concurrir a un mismo cargo por cuarta vez, cuando Erdogan nunca ocultó sus ambiciones de seguir en el poder hasta 2023, el centenario de la fundación de la República.

Algunos analistas creen que si Erdogan gana las presidenciales, con un primer mandato de cinco años, Turquía afronta otra década con el líder del AKP al frente del país.

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