Ex fiscal acusado de torturas renuncia a nuevo cargo por amenazas Parlamento

  • El ex fiscal general de Teherán acusado de torturas, Said Mortazavi, accedió a renunciar a la dirección de la Seguridad Social de Irán ante la amenaza de la Cámara de destituir al ministro de Trabajo y Bienestar Social, Abdul Reza Sheijoleslami, por haberlo nombrado al cargo.

Teherán, 15 abr.- El ex fiscal general de Teherán acusado de torturas, Said Mortazavi, accedió a renunciar a la dirección de la Seguridad Social de Irán ante la amenaza de la Cámara de destituir al ministro de Trabajo y Bienestar Social, Abdul Reza Sheijoleslami, por haberlo nombrado al cargo.

Sheijoleslami estaba convocado la próxima semana para una sesión de censura por la designación de Mortazavi, al que nombró a mediados de marzo pasado para encabezar la Seguridad Social, informó la agencia local Mehr.

Mortazavi, como fiscal general de Teherán, fue acusado por la Cámara legislativa en enero de 2010 de ser el principal responsable de las muertes y torturas de varios opositores en prisión.

"Esta persona no merece tener ningún cargo y no debe estar en puestos clave", dijo hace dos semanas Mohamad Dehgan, miembro de la mesa directiva del Parlamento, que fue uno de los diputados que pidió la censura del ministro Sheijoleslami, en un Parlamento con la mayoría enfrentada al Gobierno del presidente, Mahmud Ahmadineyad.

En opinión de Dehgan, con la polémica de este nombramiento, el Gobierno quería desviar la atención de la grave situación económica del país e impedir que tenga mayor resonancia el proceso en marcha por el desfalco de 2.600 millones de dólares de bancos públicos, con el que se relaciona a altos cargos del Gobierno.

En enero de 2010, un comité especial del Parlamento emitió un informe en el que acusaba a Mortazavi de ser el principal responsable de las muertes y torturas de opositores en la prisión de Kahrizak durante la represión de las protestas posteriores a las elecciones presidenciales de 2009, lo que el ex fiscal rechazó.

Kahrizak, construido al parecer para albergar presos peligrosos, fue cerrado por orden directa del líder supremo iraní, ayatolá Ali Jamenei, después de que saliera a la luz el caso de los maltratos, en el que murieron al menos tres presos.

La investigación aseguraba que Mortazavi ordenó el encarcelamiento de 147 opositores detenidos en una habitación de 70 metros cuadrados junto a presos peligros y en malas condiciones de salubridad, pese a que se le avisó de había sitio disponible en otros penales.

Decenas de personas resultaron muertas y miles fueron detenidas en las protestas surgidas tras las denuncias de fraude en los comicios presidenciales iraníes de 2009, que según los datos oficiales ganó Ahmadineyad, el actual presidente.

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