Exfiscal mexicano niega que EE.UU. le haya informado de "Rápido y Furioso"

  • El exfiscal mexicano Eduardo Medina Mora desmintió hoy la versión de que EE.UU. le notificó en 2007 sobre la polémica operación "Rápido y Furioso", realizada por una agencia estadounidense que dejó pasar armas a México con el fin de dar con los traficantes de armamento.

México, 4 nov.- El exfiscal mexicano Eduardo Medina Mora desmintió hoy la versión de que EE.UU. le notificó en 2007 sobre la polémica operación "Rápido y Furioso", realizada por una agencia estadounidense que dejó pasar armas a México con el fin de dar con los traficantes de armamento.

Medina Mora, actualmente embajador de México en el Reino Unido, aseguró que él "nunca" tuvo conocimiento de este ingreso de armas a México, como lo señala un informe presentado por el Comité de Supervisión y Reforma del Gobierno de la Cámara de Representantes de EE.UU., encargado de investigar la operación "Rápido y Furioso".

El diplomático fue entrevistado vía telefónica por un periodista del noticiero Radio Fórmula, a quien le aseguró que esta operación "nunca se hubiera autorizado" por parte de México.

Medina Mora fue fiscal general de México desde diciembre de 2006 a septiembre de 2009.

La controvertida operación "Rápido y Furioso" -que supuestamente permitió desde EE.UU. la introducción ilegal a México de unas 2.000 armas- fue confirmada por la comisión legislativa de la Cámara de Representantes de EE.UU, a través de una investigación.

Según el informe de la Cámara de Representantes, Medina Mora fue informado en 2007 por su entonces homólogo estadounidense Michael Mukasey de que había "fracasado" un operativo para permitir el paso vigilado de armas a través de la frontera.

Medina Mora reconoció que mientras estuvo al frente de esta dependencia asistió a numerosas reuniones con sus similares estadounidenses pero sólo para discutir "muchísimos esquemas de cooperación (...) y en ninguna ocasión se discutió expresamente la posibilidad o la autorización con respecto a ninguna operación de entrega controlada de armas".

Hasta el año pasado se difundió en la prensa la operación, de la que la estadounidense Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos (ATF, por su sigla en inglés) reconoce su fracaso.

El caso detonó cuando el año pasado una de las armas presuntamente suministradas por la ATF se encontró en la escena del crimen en la que perdió la vida el agente Brian Terry, de la Patrulla Fronteriza, en la frontera con México.

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