Exgenerales argentinos Bussi y Menéndez apartados de juicio por su salud

Buenos Aires, 11 nov.- Los exmilitares argentinos Antonio Bussi y Luciano Menéndez fueron apartados de un proceso por delitos cometidos durante la última dictadura en el que iban a comenzar a ser juzgados este mes en la norteña provincia de Tucumán debido a su delicada salud, informaron hoy fuentes judiciales.

El Tribunal Oral Federal de Tucumán decidió apartar del juicio a Bussi, exgobernador de la provincia en dictadura y en democracia (1995-1999), y a Menéndez, exjefe del Tercer Cuerpo del Ejército, después de que un perito forense de la Corte Suprema de Justicia estableciera esta semana que los exgenerales no se encuentran en condiciones físicas apropiadas para ser sometidos a juicio.

"Los informes afirman, sin alternativas, que las condiciones físicas actuales de ambos imputados desaconsejan que los mismos sean sometidos al proceso judicial en ninguna de sus modalidades -presencial o mediante teleconferencia-", señala el fallo difundido por el Centro de Información Judicial.

El tribunal estableció, no obstante, que se realice un monitoreo de la evolución de la salud de los exmilitares a través de exámenes médicos bimestrales.

El fallo aclara que a pese a esta decisión, el proceso arrancará el próximo 24 de este mes, como estaba previsto, para juzgar al expolicía Roberto Albornoz, el tercer imputado en esta causa en la que se investigan delitos de violación de domicilio, secuestro y homicidio agravado en perjuicio de dos guerrilleros durante la dictadura (1976-1983).

Menéndez, quien acumula seis condenas a prisión perpetua por delitos cometidos durante el gobierno de facto, fue también apartado este miércoles de otro juicio que se le seguía en la provincia de San Juan (noroeste) debido a su deteriorada salud.

El exgeneral, de 84 años, sufrió a finales de mayo un infarto agudo de miocardio que llevó a su hospitalización y le permitió ser exonerado de otro proceso que afrontaba en ese momento en la norteña provincia de Salta.

Bussi, de 85 años y condenado a cadena perpetua en 2008 por crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura, también ha sido hospitalizado varias veces en los últimos meses.