Exjefe Dina niega torturas y desapariciones en centros detención en dictadura

  • El responsable de la policía política de la dictadura chilena, Manuel Contreras, condenado a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad, aseguró hoy que nadie murió en los centros de detención de la Dirección Nacional de Inteligencia (Dina), a su cargo.

Santiago de Chile, 10 sep.- El responsable de la policía política de la dictadura chilena, Manuel Contreras, condenado a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad, aseguró hoy que nadie murió en los centros de detención de la Dirección Nacional de Inteligencia (Dina), a su cargo.

En una entrevista realizada por la cadena CNN Chile en el penal Cordillera, el general en retiro aseguró que mil detenidos desaparecidos están en diversas fosas comunes en el Cementerio General de Santiago.

Contreras negó la práctica de torturas argumentando que "no estaba ordenado ni dispuesto y nadie podía hacerlo" y rechazó la veracidad de los informes Valech y Rettig, que documentaron que los agentes de la dictadura mataron a 3.197 personas, de las cuales 1.192 todavía permanecen desaparecidas.

Según la versión del responsable directo del aparato represor durante la dictadura de Augusto Pinochet, todos los desaparecidos "murieron en combate", no en los centros de la Dina.

Contreras reconoció que unas 200 personas fueron lanzadas al mar, pero atribuyó la responsabilidad de esos hechos a la Fuerza Aérea.

"No murió nadie en un centro de detención de la Dina (...) no me pregunten a mí", respondió a los periodistas de CNN Chile.

"La Dina no tenía ni buques ni aviones ni helicópteros. Ninguno (de los detenidos) fue lanzado al mar, todos fueron llevados al Servicio Médico Legal", añadió.

Respecto a los presos políticos ejecutados por los militares durante la dictadura (1973-1990), Contreras dijo que "no hay ninguna justificación".

"Yo no ordené jamás torturar, lo tenía prohibido (...) Yo no conocí la violación a los derechos humanos. Yo respondo por la Dina", replicó.

También negó que la exmandataria y candidata presidencial, Michelle Bachelet, y su madre, Ángela Jeria, fuesen torturadas en Villa Grimaldi, uno de los lugares de detención que estaba a cargo de la policía política del régimen.

"No es verdad lo que dice (...) está mintiendo", llegó a afirmar Contreras, quien añadió que el arresto se llevó a cabo por orden directa de Augusto Pinochet y que Bachelet y su madre fueron llevadas a la Academia de Guerra Aérea.

También se refirió al reconocimiento que años atrás hizo el Ejército sobre los crímenes de lesa humanidad, y dijo que el entonces comandante en jefe de la institución y hoy general retirado Juan Emilio Cheyre "fue un traidor a los oficiales".

Contreras calificó a Cheyre de "cobarde", porque "nunca ha confesado lo que hizo". "Pregúntenle, que diga qué hizo y qué no hizo", espetó a los periodistas.

Aseguró que él fue el autor del "plan Cóndor" (la coordinación de los servicios de inteligencia de las dictaduras del Cono Sur durante los años setenta y ochenta), porque le servía a Chile y a los otros países para saber qué hacían sus ciudadanos en el extranjero.

Tras insistir en que en los últimos años "se ha estado engañando" en torno a las violaciones a los derechos humanos, el general en retiro condenado por delitos de lesa humanidad, aseguró que con el golpe de Estado del que mañana se cumplen 40 años "se salvó a la patria de caer en una dictadura totalitaria marxista".

Las declaraciones autoexculpatorias de Contreras provocaron inmediatamente una ola de indignación en las redes sociales, especialmente por negar la existencia de los detenidos desaparecidos, una de las heridas abiertas en el pasado que más dolor sigue causando en Chile.

En tanto, el ministro del Interior, declaró a CNN Chile que "lo diga el señor Contreras hoy día no tiene ninguna importancia ni ninguna relevancia. Lo que importa -añadió- es la voz que han tenido sobre esta materia los tribunales de justicia".

"El señor Contreras ha causado un profundo daño a este país y por lo tanto no vale la pena referirse a ninguna de sus declaraciones ni tomar en consideración ninguna de sus opiniones", recalcó Chadwick.

"Él se encuentra condenado; por lo tanto, lo que pueda decir o no está total y completamente refutado por la sentencia de los tribunales de justicia", agregó el ministro.

Chile es, junto con Argentina, el único país de Latinoamérica que mantiene en prisión a los jefes de los organismos represivos bajo la dictadura de Augusto Pinochet: la Dirección de Inteligencia Nacional (Dina), que existió hasta fines de 1977, y la Central Nacional de Informaciones (CNI), que la sucedió hasta 1990.

Tanto el general Manuel Contreras Sepúlveda, jefe de la Dina, como el general Hugo Salas Wenzel, último jefe de la CNI, están condenados a presidio perpetuo. También el mayor del Ejército Alvaro Corbalán Castilla, que fue jefe de la CNI en Santiago, cumple cadena perpetua.

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