Experiencia como soldado en Afganistán marca el futuro, según estudio alemán

  • La experiencia como soldado en Afganistán deja graves secuelas, que pueden acompañar al afectado de por vida, según un estudio difundido hoy y realizado entre unos 4.000 alemanes que participaron en las tropas de la OTAN en ese país (ISAF).

Berlín, 10 ago.- La experiencia como soldado en Afganistán deja graves secuelas, que pueden acompañar al afectado de por vida, según un estudio difundido hoy y realizado entre unos 4.000 alemanes que participaron en las tropas de la OTAN en ese país (ISAF).

La mayoría de los soldados explica, al regresar a casa, que lo vivido en Afganistán les ha dado una perspectiva distinta de la existencia, afirma la directora del estudio, Anja Seiffert, del Centro de Historia Militar y Ciencias Sociales del Ejército, en Potsdam.

En muchos casos, esa experiencia tendrá a medio plazo efectos positivos, puesto que dan un valor mayor a la propia existencia, pero una parte de esos soldados -hasta un 8 %- desarrollará el llamado síndrome postraumático que hará que se sientan "extraños en su propia vida".

El estudio, que coincide con un reportaje del dominical del popular diario Bild sobre relatos de esposas o parejas de exsoldados, concluye que este grupo sufrirá durante años disfunciones o enfermedades psicosomáticas y dolores crónicos.

Los efectos, tanto en ellos como en sus familias, pueden llegar a ser "extremadamente gravosos", apunta Seiffert, cuyo estudio se basa en encuestas realizadas entre 4.000 soldados o soldadas que formaron parte del contingente alemán de la ISAF.

El trabajo lleva por título "El regreso de Afganistán. La intervención, el amor, el servicio y la familia" y fue realizado entre marzo y octubre de 2010.

En ese periodo, Alemania aportaba a la ISAF el tercer contingente las tropas internacionales, tras los de EEUU y Reino Unido, y fue también la fase en que sufrió más bajas, en combates o en atentados.

El Ejército alemán ha estado presente en Afganistán desde que en 2002 envió un primer contingente de 1.200 efectivos, cómputo que en los años posteriores amplió hasta cerca de 5.000 y que desde 2012 ha empezado a reducir, hasta los actuales 2.400, de acuerdo con los planes aliados de completar la retirada hasta finales de año.

En el Centro de Historia Militar de Potsdam -donde quedó emplazado el comando central del contingente en Afganistán- trabajan unos 140 profesionales, centrados tanto en análisis históricos como en estudios científicos como el mencionado.

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