Exposición en Sao Paulo se sumerge en los años de la represión suramericana

  • "Crear memoria histórica" es el planteo que propone el fotógrafo portugués radicado en Argentina Joao Pina, que lanzó hoy en Sao Paulo un libro con una exposición fotográfica de alto impacto sobre la Operación Cóndor, el plan de coordinación represiva de las dictaduras suramericanas en los años setenta.

Pablo Giuliano

Sao Paulo, 23 sep.- "Crear memoria histórica" es el planteo que propone el fotógrafo portugués radicado en Argentina Joao Pina, que lanzó hoy en Sao Paulo un libro con una exposición fotográfica de alto impacto sobre la Operación Cóndor, el plan de coordinación represiva de las dictaduras suramericanas en los años setenta.

A los 34 años, de los cuales los últimos 9 los dedicó a su libro fotográfico "Cóndor", Pina se introdujo en los archivos de las dictaduras de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia y salió por Suramérica a capturar imágenes sobre las víctimas, los verdugos y los escenarios de las violaciones a los derechos humanos.

"Vi un enorme trauma colectivo en toda la región, por eso no se habla (de lo sucedido), todavía hay miedo. Esta mentalidad está cambiando por ejemplo a 50 años del golpe (de Estado) brasileño (1964)", dijo a Efe el fotógrafo en el primer día de la exposición.

Uno de los grandes hallazgos del trabajo de archivo de Pina es la puerta de entrada a la exposición, una muestra con 16 fotografías de cuerpo entero de brasileños que estaban exiliados en Chile en el momento del golpe de Estado del general Augusto Pinochet, el 11 de septiembre de 1973, contra el presidente Salvador Allende.

Esos brasileños fueron fotografiados en la embajada de Argentina en Santiago y esos registros fueron encontrados en 1990 en la Policía argentina. "Si bien no son personas consideradas desaparecidas, no se las ha podido localizar aún", según Pina.

Otras de la fotografías captan los juicios a exdictadores en 2008 en Argentina, el trabajo de los forenses en la selva amazónica brasileña buscando a ejecutados de la dictadura, cómo están algunas de las víctimas en la actualidad y centros de represión.

La exposición "Cóndor" va hasta el 7 de septiembre en el Paço das Artes de la Ciudad Universitaria, en la Universidad de Sao Paulo (USP), pero el autor iniciará la presentación de su libro de fotografías por América Latina a partir del lunes próximo en Bogotá.

También aparecen retratados dirigentes históricos como Tati Almeyda, de Madres de Plaza de Mayo de Buenos Aires, y Martín Almada, uno de los principales activistas sobre el papel que desempeñó el Plan Cóndor en Paraguay.

Y escenarios de ensueño mezclados con su pasado de atrocidades: como el Río de la Plata, donde se arrojaban presos políticos al mar, y la selva brasileña o el desierto chileno de Atacama, lugares de ejecuciones por parte de las fuerzas represivas de esos países.

El libro "Cóndor", lanzado también en el espacio Paço das Artes, tiene el epílogo del exjuez español Baltasar Garzón e introducción del periodista estadounidense Jon Lee Anderson.

Para el autor, Garzón es una "inspiración" para su generación debido a que fue quien ordenó la detención, en 1998, de Pinochet en Londres.

Tras elogiar el avance en Argentina y Chile respecto de los juicios a represores, Pina puso de relieve el caso de Brasil, donde este año la Comisión de la Verdad fue instalada por la presidenta Dilma Rousseff, pese a que rige la Ley de Amnistía que impide condenar a responsables por delitos de lesa humanidad.

"Estar aquí en este año es muy importante, por la elección, porque se conocerá el trabajo de la Comisión de la Verdad y porque por primera vez los militares han reconocido que hubo abusos, torturas", dijo el autor de la investigación.

La presidenta Rousseff, una exguerrillera que fue prisionera política por casi tres años y torturada por 22 días seguidos, "tiene el rol difícil de tener a unas Fuerzas Armadas que aún enseñan que el golpe fue para salvar a la patria del comunismo", señaló Pina.

En ese sentido, el fotógrafo apuntó que Rousseff enfrenta una "puja interesante" entre la comisión, que tiene la orden de pedir informaciones, y un jefe del Ejército, Enzo Peri, que "niega entregar información que no pase por él, contradiciendo a la orden presidencial".

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