El abogado Felipe Moreno, que representa a la familia de Rocío Oña, ha destacado en su informe de conclusiones que en la tragedia de Madrid Arena hubo "un fallo en cadena" de "todos los que participaron en el evento, destacando que la fiesta se celebró en un edificio del Ayuntamiento de Madrid, lo que debía dar un plus de confianza por la normativa que se debía de exigir.
Así lo ha manifestado en la sesión de este miércoles, en la que le toca el turno de informes de las acusaciones particulares. Esta acusación reclama cuatro años de cárcel para Miguel Ángel Flores por cinco homicidios imprudentes grave.
"Era una tragedia que podía haber sido evitable. Una serie de fallos y negligencias que llevaron a este trágico final. Esperamos que no se repita. Una empresa propiedad del Ayuntamiento y eso daba un plus de confianza de que iban a un lugar público sometido a toda la normativa y que evidentemente tienen que cumplir unos parámetros", ha dicho.
Así, ha destacado que se trata de "un caso paradigmático" de "todo aquello que no debía darse", exponiendo que hubo errores en la organizadora, la gestora, las empresas de seguridad y la asistencia médica del evento.
"Todo falló. El fallo viene en cadena. Concatenación de fallos de todos los participantes que tenían poder de dirección. Desde gestora, organizador, empresas de seguridad, falta de prestación de unos servicios", ha destacado.
En primer lugar, ha reseñado que el promotor de la fiesta mortal "tenía pleno conocimiento" del sobreaforo que había, ya que quería un lleno para el número de la barca del Dj Steve Aoki. Según ha dicho, Flores "convirtió la fiesta en una tragedia".
Conforme a la prueba practicada en el juicio, se vendieron casi 17.000 entradas, poniéndose a la venta cerca de 37.000 y teniendo en cuenta que había entradas grupales en las que podían entrar hasta ocho personas.
Además, ha dicho que se han incurrido a una serie de negligencias en las que se impidió la evacuación, que debía ser responsabilidad de la empresa Seguriber. A continuación, ha hecho alusión a la apertura del portón de mercancías y de muelle Mónico, dos accesos por el que se colaron en masas miles de jóvenes.
Esta entrada sin control masificó la pista y provocó las avalanchas, entre ellas una mortal. También influyó en este hecho el cierre de todos los vomitorios, menos dos de ellos.
"Ninguno de los miembros de Kontrol 34 ni de Seguriber ni de la organización tomó medidas para evitar esa situación de pretragedia", ha destacado y ha recordado que incluso un testigo manifestó que por los pinganillos escuchaban antes de la tragedia que podía morir gente por el exceso de gente que había en la pista.
ATENCIÓN SANITARIA DE LOS VIÑALS
Respecto al equipo médico, ha querido mostrar su indignación ante las imprudencias y negligencias profesionales en las que incurrieron los encargados de la enfermería; Simón Viñals y su hijo Carlos. E
En el caso de Rocío Oña, los Viñals pensaron que estaba muerta cuando estaba en parada cardiorrespiratoria. También lo pensaron en el caso de la joven Katia Esteban.Por ello, la fiscal pide para ellos un año y medio de cárcel por homicidio imprudente grave.
Así, ha dicho que Simón Viñals era conocedor de los peligros en este tipo de fiestas, teniendo que inspeccionar el local para que reúna requisitos para la enfermería. "Pese a ello, admitieron estar en un cuchitril sin ventilación. Y ese recinto ha estado dedicado a todo tipo de cosas como depósito de basuras", ha dicho recalcando que no cumple ninguna de las normativas.
Además, ha dicho que tiene limitaciones que van más allá de la edad, como contar con su hijo que era un funcionario municipal y un ATS con 81 años, cuya única función era transportar maletines. Y ha recalcado que no podían dar una reanimación avanzada, ya que ello requiere de varias personas capacitadas.
"No existen medios idóneos necesarios. Por ejemplo, la enfermería no tenía agua ni una cámara frigorífica. No existen restos de adrenalina. Es lamentable la situación de la enfermería. El equipo médico aceptó esta situación y no pidieron más medios", ha recalcado.
También ha destacado que hubo un diagnóstico erróneo y que no hubo disposición para atenderlas bien. Seguidamente, ha puesto en duda que pusieran a las jóvenes ampollas de adrenalina y que usaran el desfibrilador, ya que a su juicio no sabían hacerlo.
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