Los habitantes de Lesbos temen que vuelva a llegar el éxodo migratorio

"Tengo miedo de que vuelva a empezar con toda esta gente que espera enfrente (en Turquía), huyendo de las bombas que siguen cayendo en Siria", se lamenta Thanassis Marmarinos, pescador en Lesbos, testigo del éxodo que transitó por esta isla griega en 2015.

Sus recuerdos, y los de todos los habitantes de las islas griegas del mar Egeo situadas cerca de Turquía, que vieron llegar a un millón de refugiados en 2015 y hasta marzo de este año, siguen vivos esta semana.

Thanassis es uno de los tres vecinos del pueblo de Skala Sykamia, en el norte de Lesbos, que figuraban en la lista de candidatos a premio Nobel de la Paz. Incluso se encontraban entre los favoritos en las apuestas. El galardón fue finalmente atribuido el viernes al presidente colombiano Juan Manuel Santos.

Aunque un poco decepcionados, los vecinos dicen sin embargo estar "orgullosos de haber cumplido con su deber".

"Hicimos lo que teníamos que hacer (...) y estamos bien organizados para seguir actuando si el flujo (migratorio) se reanuda", asegura Giorgos Saroglou, alcalde de Skala Sykamia.

Militsa, como todos llama a Aimilia Kamvisi, de 84 años, otra de las candidatas al premio, también confiesa que está "un poco decepcionada".

Esta viuda de pescador se convirtió en un icono mundial al aparecer en una foto sentada, junto a dos amigas, dándole el biberón a un bebé sirio que acababa de llegar en brazos de su padre.

Su amiga Maritsa, que también salía en la fotografía, considera que "lo importante es que termine la guerra en Siria y que la gente pueda regresar".

"Seguimos con nuestro buen corazón y nuestra satisfacción de haber salvado a esta gente", cuenta Thanassis Marmarinos mientras va reparando sus redes en el puerto.

A sus 63 años, este hombre todavía recuerda las imágenes y los gritos en la noche de "desesperación y catástrofe", cuando rescataba los botes repletos de migrantes, a la deriva o a punto de hundirse.

En total, Marmarinos tiene a sus espaldas "75 barcas rescatadas", más de 4.000 personas. "La gente en el pueblo nos acusaba de salvar a terroristas. ¿Cómo iba a preguntar a alguien que se ahora quién es?", apostilla.

"No pescábamos, era muy duro a nivel financiero y no recibimos ninguna ayuda", añade.

Desde entonces, este pescador taciturno testimonió ante el parlamento europeo en Bruselas, donde reclamó que cada país europeo se comprometa a acoger a una parte de los refugiados "proporcional a sus capacidades".

Su colega Stratis Valiamos, de 40 años, también candidato, estima que "si las bombas siguen cayendo en Siria", el premio Nobel de la Paz "no tenía mucho sentido".

Está convencido de que "el flujo migratorio continuará", como en 2015 cuando "las barcas llegaban de día y de noche, con muertos, heridos, era como una guerra".

No logra entender por qué Europa les cierra casi todas las puertas y que, incluso en Lesbos, algunos habitantes se movilizan en contra de los refugiados.

El alcalde de Giorgos Saroglou constata por su parte que "actualmente siguen habiendo llegadas aunque mucho menos numerosas".

Hoy en día 15.000 migrantes se encuentran en estas islas, de ellos 5.900 en Lesbos. Algunos días, siguen llegando más de 200 personas.

La principal vía migratoria hacia Europa vuelve a ser no obstante la que une África con Italia.

Mostrar comentarios