Honduras y Ecuador dieron vuelta a página que les distanció casi ocho años

  • La reunión del pasado jueves en Quito de los presidentes de Honduras, Juan Orlando Hernández y Ecuador, Rafael Correa, dio vuelta a la página que distanció a los dos países durante casi ocho años, por el derrocamiento del 28 de junio de 2009 al entonces mandatario hondureño, Manuel Zelaya.

Germán Reyes

Tegucigalpa, 15 mar.- La reunión del pasado jueves en Quito de los presidentes de Honduras, Juan Orlando Hernández y Ecuador, Rafael Correa, dio vuelta a la página que distanció a los dos países durante casi ocho años, por el derrocamiento del 28 de junio de 2009 al entonces mandatario hondureño, Manuel Zelaya.

Hernández viajó el miércoles pasado a Ecuador atendiendo una invitación que le hizo Correa, quien no reconoció al pasado gobierno que presidió Porfirio Lobo, del Partido Nacional, al mismo que pertenece el actual presidente del país centroamericano.

Correa no reconoció a la administración de Lobo alegando que era continuación del golpe de Estado que derrocó a Zelaya, quien fue expulsado del poder y del país cuando promovía una consulta popular para reformar la Constitución, lo que la ley le impedía.

El rechazo de Correa al gobierno de Porfirio Lobo llegó al grado de que el 26 de mayo de 2010 le prohibió al avión presidencial hondureño, un jet West Wind de diez plazas, que sobrevolara el espacio ecuatoriano.

Entonces, Lobo regresaba de una visita oficial a Perú, país que con Colombia fueron los únicos que hasta ese momento habían reconocido al gobernante hondureño, quien ganó las elecciones de noviembre de 2009.

Esos comicios fueron marcados por la crisis política que vivía Honduras por el golpe de Estado a Zelaya.

Además, Ecuador, junto a Venezuela, Brasil y Bolivia, habían vetado pocos día antes la presencia de Lobo en la Cumbre Unión Europea-América Latina y el Caribe celebrada en Madrid, aunque el gobernante hondureño asistió al encuentro entre el bloque europeo y Centroamérica.

El presidente Rafael Correa también había pedido que en Honduras se celebraran nuevas elecciones, lo que Lobo calificó de "tonteras".

El jueves pasado, Correa y Hernández dieron un nuevo impulso a las relaciones bilaterales y destacaron el restablecimiento total de los vínculos diplomáticos con la designación de sus respectivos embajadores en Quito y Tegucigalpa.

A su llegada a la capital ecuatoriana, el miércoles, Hernández dijo que su visita era de trabajo y subrayó que la designación de embajadores fortalecerá "sin duda" de manera "extraordinaria los lazos de hermanos latinoamericanos".

Horas antes de que Hernández viajara a Ecuador, el Gobierno de Correa había dado su beneplácito a Mayra Falck como embajadora de Honduras en Quito.

Además, Correa anunció el jueves la designación de Irina Cabezas, expresidenta de la Asamblea Nacional de Ecuador (Parlamento), como nueva embajadora del país sudamericano en Tegucigalpa.

El anuncio lo hizo Correa durante la reunión que mantuvo con Hernández en el palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo ecuatoriano.

Correa recordó durante la visita de Hernández que hubo una "crisis diplomática" en 2009 con Honduras por la destitución de Manuel Zelaya y que se rompieron relaciones.

"No reconocimos al gobierno de facto, pero es claro también que la situación democrática en Honduras se ha venido normalizando", dijo Correa, quien fue de los primeros gobernantes latinoamericanos en reconocer la elección de Hernández como presidente de Honduras el 24 de noviembre de 2013.

Hernández ganó unas elecciones en las que, por primera vez, participaron nueve partidos políticos, cuatro de ellos surgidos tras el golpe de Estado a Zelaya.

Uno de esos partidos es el Libertad y Refundación (Libre, de izquierda), que tiene como coordinador general a Zelaya, quien ahora es diputado ante el Parlamento hondureño por su nuevo partido.

Hernández se impuso en las elecciones a Xiomara Castro, esposa de Manuel Zelaya, quien fue la candidata de Libre y alegó que hubo fraude en los comicios.

Correa enfatizó que con las elecciones de 2013 en Honduras cualquier vestigio de ese rompimiento constitucional ha desaparecido, por lo que la decisión de ambos países es normalizar las relaciones a tal punto que se han designado a sus respectivos embajadores.

Hernández expresó que los hondureños han estado haciendo un esfuerzo de reconciliación interna tras la crisis, pero que ahora, por fortuna, tenemos más relaciones con diferentes países en el mundo que antes de la crisis de 2009 y, diría, que relaciones más fortalecidas.

"Nos interesa aprender de la experiencia que ha tenido el Ecuador en estos últimos siete años en el fortalecimiento del sistema de previsión social y que ha permitido que los más necesitados reciban atención médica", dijo entre otras cosas el presidente hondureño durante la reunión con Correa.

También recordó que Honduras ha normalizado relaciones con Cuba y Venezuela, países que retiraron sus embajadores tras el golpe de Estado de 2009.

El único país con el que a Honduras le falta normalizar sus relaciones a nivel de embajador es Argentina.

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